Monólogo blaugrana
El Barça debuta en el nuevo formato de la Copa con un cómodo triunfo ante el Espanyol
Cuando las porteras blaugrana salieron a calentar, por la megafonía del Miniestadi sonaba la épica Eye of the tiger. Y eso hubo sobre el terreno de juego, 22 tigresas, que disputaron un partido digno de más expectación. El Barça derrotó al Espanyol (2-0) en el nuevo formato de la Copa de la Reina a partido único (el sorteo decide qué equipo juega en casa).
Sólo 1.076 espectadores poblaban las gradas, la mayoría en la tribuna (penosa la imagen del gol sur: tres espectadores y cuatro vigilantes; nadie en el gol norte). Los amantes del fútbol se perdieron una ocasión de oro. Hubo técnica a raudales, robos de balón, taconazos y jugadoras que obligaban a retener el aliento cada vez que actuaban, como la azulgrana Aitana Bonmatí, llamada a convertirse en una estrella mundial.
Fue un monólogo del Barça, aunque no se puede reprochar nada a las rivales, como ejemplifica el caso de la defensora Dulce María, que sólo jugó la primera parte porque se quedó sin gasolina: corrió como una velocista y peleó por cada balón. Además del Barça, han alcanzado los cuartos de final el Atlético de Madrid, Sevilla, Real Sociedad, Madrid CFF, Rayo Vallecano, Athletic y Levante (los tres últimos empataron y se clasificaron por penaltis).
“¡Cuidado, cobertura!”, gritaba el entrenador del Espanyol, Joan Bacardit, y sus palabras resonaban con nitidez en un estadio semivacío. Algunas de sus jugadoras, como Brenda, le contestaban, lo que propició escenas surrealistas. “Cállate, mujer”, le gritaba un espontáneo. Cuando la jugadora trató de localizar al vociferante, se revivió la letra de la canción de la megafonía. “It’s the eye of the tiger / It’s the thrill of the fight” (“Es la mirada del tigre, el estremecimiento de la pelea”). Pero la misma garganta anónima rompió la magia del momento con otro grito, retador: “¿Y tú qué miras?”
El Barcelona, que derrotó al Espanyol 0-3 en la jornada tres de la Liga Iberdrola, se sabía favorito. Y no defraudó. El primer gol, de la zarina Alexia Putellas, llegó en el minuto 15. Y 14 minutos después, el 2-0, en propia puerta, a raíz de una desgraciada acción de Elba, que remató involuntariamente una jugada de la azulgrana Duggan. Las locales pudieron conseguir más goles. Pero Eli del Estal, que salió en la segunda parte, casi logra el 2-1. Quizá hubiera sido un resultado más justo.
Pero la justicia no existe en el fútbol. Si existiera, partidazos así no serían semiclandestinos. El Barça-Atlético de Madrid reunió a más de 4.000 espectadores en el Mini, a pesar de la lluvia y del tiempo desapacible. Ayer no llovió, aunque también fue una tarde de terciopelo por fuera y acero por dentro. ¿Por las jugadoras? No, por los paraguas de los más previsores. Las jugadoras son de acero por dentro y por fuera.