Amor hacia lo que se hace
Arka Restaurant prestigia el producto y la cocina de Osona
Osona es tierra de notables cocineros. Su gente ama la cocina. Por eso hay tantos buenos restaurantes. No es casual que, en Vic, se celebraran algunos de los actos primordiales del 1er Congrés Català de Cuina, un congreso que ennobleció y ayudó a divulgar nuestra cocina, donde participaron los mejores cocineros y que contó con la presencia del prestigioso cocinero Paul Bocuse.
Tampoco es casual que en esta comarca naciera Osona Cuina, entidad de una actividad notoria y tozuda, que ha hecho del producto osonense uno de los referentes culinarios del país. Precisamente esta semana en que Osona Cuina acaba de celebrar su vigésimo aniversario les hablamos de uno de sus restaurantes –el Arka– que comanda el cocinero Jordi Arumí, recientemente elegido presidente de este colectivo.
Jordi, que de pequeño siempre se había movido entre aromas de excelentes guisos, estudió en la Escuela de Hostelería de Osona mientras hacía prácticas en la Fonda Sala al lado de Toni Sala, un cocinerazo. Siguió la formación en Drolma, Via Veneto y el Celler de Can Roca, y en Zuberoa y Azurmendi, en el País Vasco, tierra y cocina que alaba y admira de verdad. Hace 4 años, Jordi –tercera generación de una estirpe que iniciaron los abuelos Carme y Pepet– montó con la ayuda de sus padres, Isabel y Joan, el restaurante Arka en el Arumí, el hotel familiar.
Hemos comido. Hemos hablado largamente de cocina con él y con Joan. La cocina de Jordi se fundamenta en el mejor producto osonense, tantea el mundo de todo lo que le es próximo y lo hace de una forma decidida y sensata. Domina su oficio y ama lo que hace. Sabe que el reto no permite abandonar. Sabe que, en cocina, hacerlo bien es un desafío diario, que cada gesto es decisivo y que sin rigor no se alcanza el éxito. Que las maneras son opcionales pero que la calidad del producto es vital. Que preservar su sabor y singularidad es un compromiso culinario y cultural.
El Arka es un restaurante distinguido y bonito, muy confortable. En él, Jordi tiene la familia al lado: los padres, su hermana Marina y, desde hace un mes, Samanta, su compañera. Y a los fogones, desde el primer día, David Casamartina.
Por eso, el ambiente de esta casa, aparte de elegante, respira tanta familiaridad.