La Unión Europea fija márgenes muy estrechos para ayudar a May
Ni se puede tocar el acuerdo de retirada ni contradecir sus planteamientos
Los 27 esperan hoy a Theresa May dispuestos a ayudar, pero con límites muy precisos sobre el estrecho margen que le pueden conceder. A esta superviviente nata, que ayer superó la moción de censura de los duros de su propio partido, le toca explicar a sus aún socios qué es exactamente lo que necesita para convencer a su Parlamento. Los jefes de Gobierno escucharán a May esta tarde, sabrán cuáles son sus peticiones concretas y sólo después debatirán qué pueden ofrecerle. Pero todo enmarcado dentro de dos condiciones básicas. La primera es que el acuerdo de retirada, el pacto legalmente vinculante de 585 páginas que tanto costó consensuar, no se toca. Lo han repetido, por activa y por pasiva, los 27 a todos los niveles, desde la Comisión, la presidencia del Consejo y los distintos países. Ahí no hay margen, el tema no está encima de la mesa.
Donde sí puede haberlo es en algún tipo de declaración que “aclare” determinados aspectos, siempre que, y es la segunda condición, no entre en contradicción sobre el contenido del acuerdo. Es decir, puede aclararlo y complementarlo, pero no contradecirlo. “No sé lo que es posible conseguir, lo que sé es lo que es imposible, Y esto es renegociar el acuerdo del 25 de noviembre. El resto se puede discutir”, dijo una alta fuente europea para definir la situación.
Lo que se espera es que May pida “garantías adicionales” sobre el mecanismo de seguridad diseñado para evitar una frontera física entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Un mecanismo que prevé que, si no se encuentra otra alternativa, se establecerá una unión aduanera entre la Unión Europea y el Reino Unido. “No es ninguna cárcel”, dicen fuentes europeas, refiriéndose al gran argumento de los parlamentarios que se oponen al actual acuerdo. Consideran que dado que la decisión de abandonar la unión aduanera debe ser de mutuo acuerdo entre las dos partes, pueden verse obligados a quedarse dentro permanentemente aún en contra de su voluntad. Respecto a esta unión aduanera, fuentes francesas indicaron que “no vamos a decir que tendrá una duración limitada, esto no va a cambiar”. Expresaron en voz alta lo que piensan muchos países. Algunos, además, se quejan de que el acuerdo de Retirada fue producto en buena parte de las líneas rojas que marcó el Gobierno británico, y que es ahora el mismo Gobierno, enfrentado a la rebelión de sus parlamentarios, quien pide cambiarlo.
Lo que los 27 pueden ofrecer a May es un documento en formato declaración o similar, que no será legalmente vinculante. Lo que va a haber en la cumbre de hoy es “un debate político sobre una situación política”. Después, en función de las conclusiones de la discusión se trabajará un texto. Esperar, escuchar y reaccionar son los tres verbos que los jefes de Gobierno de los 27 tienen previsto conjugar hoy para ofrecer a May un apoyo dentro de unos márgenes tan estrechos que pueden minar su eficacia para ayudar a la primera ministra británica a convencer a sus correligionarios.
Mientras, dado que el tiempo se está echando encima –quedan poco más de tres meses para la salida del Reino Unido–, se aceleran los preparativos para los planes de emergencia si finalmente se rompen las negociaciones y se va a un Brexit duro. “Dada la gravedad de la situación en el Reino Unido –dice el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en su carta de invitación a la cumbre de hoy y mañana– y como el tiempo se está acabando, discutiremos el estado de las preparaciones para un escenario de no acuerdo”. Es por supuesto lo que nadie quiere, pero también se constata que están aumentando las posibilidades de que se produzca, y hay que tomar medidas para, al menos, limitar los daños.
“Como el tiempo se acaba, discutiremos las preparaciones para una escenario de no acuerdo”, dice Tusk