El presidente promete contundencia si el independentismo vulnera la ley
El jefe del Ejecutivo reafirma que “la única vía posible es la vía constitucional”
“Todo lo que se sitúe fuera de la Constitución y del Estatut contará con la respuesta firme, pero serena, proporcional y contundente del Estado”. Pedro Sánchez elevó ayer el tono y exhibió dureza contra el independentismo catalán, al que acusó de “socavar el proyecto europeo a fuerza de impugnar el proyecto colectivo de España”. También contra Quim Torra, de quien criticó “una retórica inflamatoria inaceptable”. “Mensajes gruesos”, junto a una “dejación de funciones” del Govern, que tachó de inadmisibles.
Sobre la actuación de los Mossos, y “la injustificable inacción de los cargos políticos para dar órdenes”, afirmó que “el Gobierno no aceptará que se produzca cualquier dejación de funciones por parte de quien tiene encomendada la seguridad pública en Catalunya”. “De persistir en su actitud –advirtió–, un número suficiente de efectivos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se desplazarán a Catalítico lunya para garantizar la seguridad y el ejercicio de los derechos fundamentales”. Además, “pese a las amenazas de algunos elementos radicales”, confirmó que reunirá al Consejo de Ministros en Barcelona el 21 de diciembre, donde se aprobará la prometida subida del salario mínimo a 900 euros. Un incremento del 22%, “el mayor desde 1977”. “Un país rico no puede tener trabajadores pobres”, justificó.
El presidente embistió contra la “vía eslovena” de Torra y recurrió a su experiencia personal, ya que en 1999 trabajó en la misión de la ONU en Bosnia-Herzegovina. “Fui testigo de las consecuencias de la guerra civil en la antigua Yugoslavia. No hace falta que me lo cuenten, yo lo vi y lo viví”. Incluso recordó que el Ayuntamiento de Barcelona, bajo la batuta de Pasqual Maragall, reconstruyó la Biblioteca de Sarajevo. “Reivindicar la vía eslovena denota un desconocimiento de la historia, una manipulación inaceptable y la desesperación de quien ya no tiene ningún argumento más que la mentira”, criticó. “Ningún proyecto po- democrático merece poner en peligro nada ni a nadie, ni mucho menos la vida de personas ajenas”. “La única vía posible –aseguró– es la vía constitucional”.
Equiparó “el desastre del Brexit” con el proceso independentista: “En ambos casos se levanta un relato de agravios inventados y magnificados por la manipulación”. Y “se pretende forzar a la población” a decidir entre identidades y a “militar en campos enfrentados”, “se culpabiliza a un tercero mientras se obvian las responsabilidades propias” y “se demoniza al que discrepa”. En ambos casos, insistió, “se construye una ensoñación que, al chocar con la realidad, genera un enorme caudal de frustración que nadie quiere gestionar”. E insistió en que el independentismo está “alimentado por una sucesión de falacias, de ilusiones falsas y trampas dialécticas”, como los 16.000 millones “de expolio imaginario”. “Mentiras”, que sólo logran “crispar y dividir” a la sociedad catalana y española. “Nada mejor que un referéndum para lograr el objetivo de partir en dos una sociedad”. No obstante, se mostró convencido de que “la mayoría de la sociedad catalana rechaza el unilateralismo y ansía el encuentro y la convivencia”.
Por eso, defendió el “espacio de la moderación”, frente a “los dos extremos”, el independentismo y las derechas que exigen aplicar “un 155 permanente”. “Este Gobierno no va a dar un paso atrás en los impulsos recentralizadores de las derechas españolas. Como tampoco aceptaremos una nueva vulneración del orden constitucional y estatutario”.
Y, para combatir al independentismo, defendió “un proyecto de regeneración política y moral” de España. Pero la solución, advirtió, exigirá “tiempo, diálogo y lealtad”.
“Reivindicar la vía eslovena denota la desesperación de quien ya no tiene argumento más que la mentira”