Los precios de los másters en España son los terceros más caros de Europa
Catalunya subió un 93% el coste de la matrícula de los grados en diez años
A pesar de que Catalunya y Madrid rebajaron los precios en el curso 2016/2017, las tasas de las matrículas universitarias del conjunto del sistema español se encuentran entre las más elevadas de Europa. Las matrículas de máster son las terceras más caras, por detrás de Reino Unido y Letonia. Las de grado se encuentran en sexto lugar y son más caras en los dos países mencionados además de Holanda, Hungría e Italia. Esto se explica porque en muchos países europeos existen bonificaciones completas para sus estudiantes o imponen tasas sólo a los repetidores. En cambio, en España, el 70% de los estudiantes pagan los precios oficiales desde la primera matrícula. Estos son los datos del informe anual de las universidades españolas publicado por la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas (CRUE) y que fue presentado ayer por su presidente, Roberto Fernández.
En el último curso 2017/2018 los precios se han alterado a la baja en varias comunidades autónomas como Aragón (7%), Canarias (8%), Cantabria (3,5%) Valencia (7%) y Madrid (5%) mientras que en La Rioja se ha incrementado en el 7,6%. En cuanto a máster, han disminuido en Canarias (15%) Cantabria (10%) Valencia (7%) Madrid (entre 8% y 10%), Navarra (entre 18% y 36%), La Rioja (10%) y Andalucía (54%). En el resto de las comunidades, incluida Catalunya, no han variado los precios.
En la década pasada, todas las autonomías han incrementado los precios. Galicia, con menor intensidad (5,1%), y la Comunidad Valenciana y Catalunya, con la máxima (93%) para primera matrícula. De hecho, en Catalunya el esfuerzo de las familias en el pago del coste de la educación respecto a la renta es mayor que en cualquier otra autonomía y se sitúa (como muestran los gráficos) en un 7% respecto a su renta por cápita, por encima del 4,5% de media. En el País Vasco sólo requiere un esfuerzo del 3,2%. Esto pone en cuestión, dicen los autores del informe –Juan Hernández Armenteros y José Antonio Pérez García–, “el principio de igualdad de oportunidades”.
La situación de los alumnos de contextos socioeconómicos más vulnerables, que más argumentos tienen para desengancharse de los estudios y buscar trabajo, es especialmente preocupante, incluso aunque se haya eliminado la barrera de la calificación (un 5,5 de nota) que impuso el gobierno del PP. La CRUE recomienda revisar al alza las ayudas a los estudios y dar salarios que palíen la falta de ingresos por dedicarse al estudio. El informe estima que si se equiparara a la renta mínima, eso supondría un aumento de 191 millones de euros con los datos de la realidad del curso 2016/2017 .
“El aumento de las becas no debe ir en detrimento de la financiación de las universidades”, afirmó en la presentación del informe Fernández, que en su discurso se mostró muy preocupado por la situación “agónica” de las instituciones tras los severos recortes y la percepción de que la sociedad no está alarmada por esta circunstancia. Lanzó un ruego casi a la desesperada: “Apoyen a la universidad por sus hijos, por sus nietos. Si le va bien a la universidad, les va bien a los españoles”.
En el informe se confirma la contribución de las entidades a la movilidad social. Hay más universitarios que nunca en la historia española, con menor riesgo de desempleo y mayor capacidad de renta. Asimismo, en los últimos diez años han crecido 1,47 millones los empleos para trabajadores con titulación superior y han bajado 2,8 en formaciones inferiores. Y la probabilidad de que un estudiante alcance estudios superiores –aunque sus padres carezcan de ellos– es mayor en España que en otros países como Francia, Italia, Inglaterra o Estados Unidos.
No obstante, los recortes económicos han pasado una factura importante a las instituciones que ya ingresan menos de un tercio que cualquier homóloga europea y que pueden comprometer su futuro. Fernández recordó que a menos de 50 kilómetros de cualquier residencia española hay una universidad de calidad.