Braquiterapia: un antes y un después en el tratamiento del cáncer
Actualmente se han desarrollado nuevos procedimientos para el tratamiento del cáncer que aportan a los pacientes una mejor recuperación y una tasa de supervivencia mucho más elevada que en otras técnicas, como la radioterapia, que ofrece dos líneas de intervención: la externa y la interna. Esta última, conocida como braquiterapia, actúa directamente dentro del tumor y es en la que el Dr. Benjamín Guix Melcior, especialista en Oncología y Director de la Fundación IMOR, es experto.
USOS DE LA BRAQUITERAPIA
La braquiterapia se emplea en el tratamiento de algunos tipos de cáncer ginecológico como el de cuello uterino y el de endometrio, además del cáncer de mama y de piel, aunque su uso principal es en el cáncer de próstata. El Dr. Guix es experto en el tratamiento del cáncer de próstata mediante braquiterapia, técnica con la que ha conseguido excelentes resultados en más de 2.000
pacientes tratados en casi 20 años de seguimiento. El doctor asegura que entre los resultados de una prostatectomía radical, una radioterapia y una braquiterapia, en este último procedimiento son mucho mejores gracias a la disminución del riesgo de metástasis y en su alta tasa de supervivencia.
La braquiterapia es una técnica que se realiza en unas horas y tras la intervención el paciente puede volver a sus actividades cotidianas con normalidad, aunque siempre sin realizar grandes esfuerzos para evitar una posible cefalea. Las principales ventajas que ofrece frente a procedimientos como la cirugía es que no tiene postoperatorio, por lo que no existe riesgo de incontinencia urinaria, disfunción eréctil o sangrado, y los resultados a largo plazo son incluso mejores.
Todos aquellos pacientes con un tumor de próstata confinado en el órgano son aptos para someterse a la braquiterapia; a aquellos que padecen un tumor poco agresivo se les realiza de forma exclusiva, pero en los pacientes con un tumor de riesgo intermedio o alto se combina con la radioterapia externa.
TRAS LA INTERVENCIÓN
Actualmente el tratamiento se realiza con mucha precisión y se controla en todo momento con una ecografía en tiempo real que permite examinar la posición exacta de cada una de las fuentes radioactivas. Por este motivo las complicaciones prácticamente son inexistentes, puesto que si no se llevase a cabo de este modo podría existir un riesgo de pérdidas hemáticas, sangrado o irritación en la acción de orinar.
En la Clínica IMOR ofrecen a sus pacientes un porcentaje de supervivencia de un 98% en los casos de bajo riesgo, un 95% en los de riesgo medio y entre un 90 y 95% en los de riesgo elevado.
Así pues, la braquiterapia supone un gran avance en el tratamiento del cáncer gracias a su alta tasa de supervivencia tras el procedimiento.