El Temporada Alta cierra con casi 60.000 espectadores
El festival de Girona y Salt sobrepasa el 94% de ocupación
El festival teatral Temporada Alta hizo ayer balance de su 27ª. edición, con la cifra total de 59.299 espectadores que han visto alguna de sus 96 propuestas a lo largo de unos dos meses largos –de octubre a diciembre– en sus sedes en Girona y Salt. La cifra supone un incremento de 6.500 personas en relación al año pasado. Un total de 48.825 espectadores han asistido a los espectáculos en sala, lo que supone una ocupación media del 94,4%, cuatro puntos por encima de la de la edición anterior, muy marcada por la situación política catalana.
El director del festival, Salvador Sunyer, explicó que, “frente al ideal del francés Jack Lang de que la financiación debería repartirse en tres partes iguales entre administración, empresa privada y taquilla, nosotros estamos ahora mismo en un 47,5% de aportaciones públicas, un 29% de esponsorización y otros recursos privados y un 23% de venta de entradas. El problema es que, con un 94% de ocupación, la única manera de subir taquilla sería aumentando el precio y eso no queremos hacerlo”.
En esta “línea estratégica” de acercar el festival a todo el mundo, destacó la voluntad de seguir hacer creciendo el programa A Tempo, que lleva el teatro directamente a las aulas de los institutos y escuelas.
Varias de las 23 producciones y coproducciones propias cuentan ya con gira programada más allá de los límites temporales del evento, en concreto un total de 15 obras, entre ellas L’omissió de la família Coleman, La néta del senyor Linh, Kassandra, Mili KK, Els ocells o Macho man, aunque en este último caso Sunyer juzgó “extraño” que la obra de Àlex Rigola sobre la violencia machista “no pueda verse de momento en Barcelona, supongo que es una situación temporal”.
Entre los nombres que han consagrado la vocación internacional del festival, han destacado los de Thomas Ostermeier, Oskaras Korsunovas, Alain Platel o el de Jan Fabre, este último envuelto en polémica por las acusaciones de abuso sexual que penden sobre él. Sunyer opinó que “hemos tenido un debate superficial porque deberíamos ir más allá en el tema del acoso y del feminicidio y, por otro lado, preguntarnos si vale la pena diferenciar entre la obra y el autor”.
El espectáculo más visto ha sido Slava’s Snowshow, de Slava Polunin, con 4.113 espectadores, seguido de El petit príncep de Àngel Llàcer y Manu Guix (3.816), Les noies de Mossbank Road de Sílvia Munt (3.263) y la ópera Llull (2.041).
Asimismo, Sunyer opinó que a la cartelera teatral de Barcelona le falta, por un lado, “la masa crítica suficiente” que permita una oferta más amplia y, por otro, presenta “una hiperinflación de oferta para un determinado target, que va al TNC, el Lliure, el Romea, la Villarroel... que están muy bien servidos pero que no son tampoco muchísima gente”.
Otro dato es que la media de edad del comprador de entradas del festival –“el único al que podemos identificar”– ha pasado a ser de 40 años, tres menos que en anteriores ediciones. Frente al aluvión de estadísticas de todo tipo, también se apuntó jocosamente que, este año, han podido verse “18 desnudos integrales masculinos” en los diferentes espectáculos del certamen. Se desconoce si se trata de una tendencia al alza.
“Tal vez deberíamos diferenciar entre la obra y el autor”, dice Salvador Sunyer sobre Jan Fabre