Sánchez rechaza ante ERC y PDECat la ilegalización del independentismo
El presidente afirma que “los referéndums basados en mentiras sólo fracturan”
Pedro Sánchez se batió ayer el cobre con todos los grupos parlamentarios durante casi seis horas, en el pleno extraordinario celebrado en el Senado, para defender su posición ante Catalunya. También frente a dos presidentes autonómicos del PSOE, el castellanomanchego Emiliano GarcíaPage y el aragonés Javier Lambán, que, tras el reciente batacazo electoral de Susana Díaz en Andalucía y ante sus propias reválidas en las urnas el próximo mayo, han reabierto el debate sobre la ilegalización de los partidos independentistas catalanes. Así, y ante las advertencias de ERC y el PDECat, Sánchez fijó la que dijo que es no sólo la posición del Gobierno sino también del PSOE: “Los proble mas se solucionan, no se prohíben”.
Sánchez comparecía en el Senado para explicar su acción de gobierno y su política migratoria. Y, junto al anuncio de que el viernes en Barcelona el Consejo de Ministros aprobará la subida salarial de los funcionarios, reivindicó el semestre de “regeneración moral y política” de su mandato, además de la modernización de la economía y el fortalecimiento de la cohesión social, tras los siete años de “parálisis y políticas miopes” de Rajoy.
Pero el debate parlamentario pronto se transformó en una nueva sesión monográfica sobre la situación catalana, igual que la celebrada el pasado miércoles en el Congreso. “Dentro de la Constitución, todo; fuera de la Constitución, nada”, advirtió Sánchez. Y aseguró que la democracia no es sólo “votar cada cuatro años, sino convivir todos los días del año”. Se aferró así a su fórmula de “diálogo y ley”, y también criticó las posiciones del PP y Ciudadanos, incluso de Vox, de quien lamentó que vean en la situación de Catalunya “una oportunidad para derruir la España autonómica” y “volver al centralismo predemocrático”. Pero aseguró que plantará cara a “los nostálgicos de la España en blanco y negro” y a los que plantean un “viaje a las cavernas”. A los que proponen “la involución y la recentralización de España”.
Ignacio Cosidó (PP) certificó no obstante “el fracaso de su política de apaciguamiento” y fue directo al grano: “¡Aplique ya el 155 y suspenda la autonomía de Catalunya!”. También Lorena Roldán (Cs) criticó que Sánchez esté “a merced de los independentistas, con una total falta de escrúpulos, y poniendo la otra mejilla cuando ERC escupe a sus ministros”.
Mirella Cortès (ERC) lamentó, en cambio, que Sánchez se lave las manos ante unos jueces que, aseguró, “no buscan justicia, sino venganza” en Catalunya. Pero subrayó: “Nunca vamos a renunciar al diálogo”. Porque la cuestión catalana, advirtió, “sólo se puede resolver con el diálogo, no con las porras”. Y le instó a plantear “una propuesta real” y que no vaya a Barcelona “sólo para hacerse la foto”. Más duro fue Josep Lluís Cleries (PDECat), que le reprochó que “los condenados por el GAL estuvieron menos en la cárcel”, pese a estar ya condenados, que los líderes independentistas en prisión a la espera del juicio. “¡Contraponer independencia a convivencia es una indecencia!”, clamó. Y ante las reiteradas demandas de Sánchez de que “Catalunya tiene que hablar con Catalunya”, Cleries le advirtió que “el conflicto es entre Catalunya y España, no entre catalanes”. El portavoz del PDECat insistió en que el mayor consenso que existe en Catalunya es sobre el referéndum de autodeterminación. Pero tampoco le cerró todas las puertas a Sánchez: “En el espíritu de la moción de censura y en el
Cleries denuncia que los condenados por el GAL “estuvieron menos en la cárcel” que los presos por el ‘procés’
diálogo nos encontrará”. En un debate, insistió, que permita hablar del derecho de autodeterminación.
Sánchez denunció el empeño del PP y Cs en agitar “el agravio territorial para arañar votos” y que demanden “un 155 perpetuo” porque “no tienen ningún proyecto para España ni para Catalunya”. Pero a ERC y el PDECat también les criticó que planteen “un referéndum basado en mentiras, que sólo fractura a la sociedad”. “Referéndums para su pandilla”, llegó a decir. E insistió en rechazar toda interferencia en la justicia: “El Gobierno no dicta sentencias, puede ofrecer vías políticas”. Instó al independentismo a que “renuncie a la unilateralidad”, porque “es una vía ciega”. Y les demandó, en fin, que no bloqueen la tramitación de los presupuestos del Estado en el Congreso.c