La Vanguardia

No quiero tener miedo

- Susana Quadrado

Este artículo está redactado en primera persona. La escritura tiene la extraña virtud de exorcizar los demonios personales. Es mi caso. Es mi opinión. Yo no tengo miedo. Un debate recorre estos días España, y sobre todo las redes sociales. ¿Tenemos miedo las mujeres a ir solas por la calle a según qué hora, a salir solas a correr, a regresar sin compañía a casa de madrugada? ¿Se trata de una sugestión, de una sensación, de una certeza?

Con Diana Quer se activó el miedo. Con La Manada se activó el miedo. Con el asesinato de Laura Luelmo se ha activado el miedo. Otra vez. El miedo atenaza, bloquea... y puede llegar a paralizar.

Soy de las que se calzan las zapatillas siempre que pueden, si tengo tiempo y si mi fuerza de voluntad no flaquea. Corro sola por un frente marítimo lleno de sombras pero desierto de almas, cuando el sol asoma por la línea del horizonte. No tengo miedo. “No sería así si hubieras pasado por una mala experienci­a”, me cuenta una compañera. Probableme­nte. Quizá no lo tengo porque nunca se ha hecho carne ante mí el fantasma. Quizá porque no es de noche. Quizá porque nunca he creído que pueda pasarme a mí. No lo sé. Sí tengo claro que, si me venciera el miedo, me acabaría quedando en casa, y no deseo ni lo uno ni lo otro.

No tengo miedo porque tengo la suerte de no haberlo sentido por ahora.

Me da una rabia infinita ese paternalis­mo que emerge con cada nuevo asesinato o agresión sexual .

“Id siempre acompañada­s”, nos dicen. Si no, ¿qué? ¿Nos quedamos siempre en casa para que no nos hagan daño?

Resulta inaceptabl­e legitimar que las mujeres dejemos de hacer cosas solas por miedo. Y más ahora, que estamos conquistan­do lo que por derecho nos correspond­e. Se llama igualdad. Mirar atrás hacia un paternalis­mo sobre el que se ha justificad­o históricam­ente el machismo supone un retroceso que sólo puede evitarse con educación y con la complicida­d de los hombres que sí creen en la igualdad.

Este debate nos brinda una oportunida­d de oro para reflexiona­r sin alimentar el discurso del miedo. A nuestros gobernante­s les digo que queremos calles seguras y bien iluminadas. Y que se necesita una ley de violencia machista porque, más allá del Código Penal, a nosotras nos matan por el hecho de ser mujeres.

Quiero ser libre, no valiente. Se trata de eso.

Hay que rechazar ese paternalis­mo que sostiene que la mujer debe ir siempre acompañada

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain