La Vanguardia

“El Estado ha querido disminuir Barcelona”

Entrevista a Ferran Mascarell (Sant Just Desvern, 1951), candidato independie­nte a la alcaldía de Barcelona que reivindica un proyecto de renovación para la ciudad

- SILVIA ANGULO Barcelona

Ferran Mascarell es el eterno alcaldable, el edil que debía sustituir a Joan Clos, que se postulaba como valedor del resurgir del PSC en la capital catalana y que al final reemprendi­ó su camino político como conseller de Cultura en el gobierno de Artur Mas. En las próximas elecciones el deseo de ser candidato se ha convertido en una realidad y este mes, cuando aún es delegado en Madrid de la Generalita­t, presentó su candidatur­a. Reivindica la gestión de Pasqual Maragall y lo cita en varios momentos de la entrevista, aunque reconoce que Barcelona vive ahora otro momento.

Se presenta como independie­nte. ¿Va a ser el candidato de la Crida? Trabajo con la voluntad de ganar apoyos y con un proyecto de renovación. Es una cuestión que aprendí de la época de Pasqual Maragall, que decía que una ciudad es un ideal, un conjunto de ideas que después se plasma en cuatro años.

¿Cuenta con el apoyo de Carles Puigdemont?

Es él quien lo tiene que poner de relieve. Nadie tiene por qué hablar en nombre de nadie y menos por boca del presidente de la Generalita­t.

¿No habrá en las elecciones una dispersión del voto soberanist­a?

Quizás sí, pero tengo dos objetivos: hacer una mayoría en torno de un gran proyecto y ser alcalde desde esa mayoría. Hasta el último segundo intentaré unir al soberanism­o. Es un error plantear las cosas en términos de caras o rostros.

Los barcelones­es no votan en clave soberanist­a. ¿En mayo será diferente? La cuestión no es si la gente vota en clave soberanist­a o constituci­onalista. Hay que plantear el modelo de ciudad que deseamos. Una ciudad líder u otra que es secundaria para el Estado, que dependa de una administra­ción lejana que la considera de segunda. Todos los que dicen que no nos tenemos que poner con la cuestión del Estado propio engañan a la ciudadanía. Por eso creo que serán un poco referencia­les entre un modelo de ciudad y otro. En el siglo XXI las ciudades necesitan su propia aspiración y el respaldo de políticas superiores. Porque el Estado español ya tiene un proyecto que se llama Madrid y sitúa a las otras ciudades en una escala secundaria y muy especialme­nte a Barcelona, que hace un siglo era una capital económica, política, social y cultural de España y ahora no lo es.

¿Por qué?

Porque la política estatal en los últimos cien años ha sido la de disminuir Barcelona en beneficio de Madrid. El único proyecto de verdad del Estado es Madrid.

¿Estaría dispuesto a sacrificar se en beneficio de su proyecto? Quiero ser alcalde de Barcelona, pero también estoy dispuesto a compartir mi proyecto con aquellos con los que tengan proximidad. Si hay algún candidato con mayor posibilida­d de liderarlo no tendré inconvenie­nte en sacrificar­me.

¿Cuál es su proyecto de ciudad?

Está hecho desde el soberanism­o, pero para el 100% de los barcelones­es. Barcelona debe ser un referen te de democracia y de justicia social, que era un gran principio de Pasqual Maragall. Una ciudad con una distribuci­ón equilibrad­a de los barrios en la que plantear políticas de prosperida­d. En estos años se ha actuado de forma negativa con sectores que enriquecen la ciudad y no se ha incentivad­o nuevos sectores como la investigac­ión o la tecnología. También quiero implantar un modelo de bienestar que garantice el acceso a la vivienda a una mejor movilidad, a empleos de alta calidad, a disponer de un buen modelo de sanidad, de educación con mejores tarifas universita­rias...

Barcelona no tiene competenci­as en algunos de esos ámbitos.

No creo en los alcaldes que para justificar­se alegan que no tienen competenci­as. Concibo al alcalde como el responsabl­e político que se hace cargo de los problemas de la ciudad, afecten a la administra­ción que sea.

¿Qué le parece la disputa entre Govern y Ayuntamien­to por las tarifas del transporte? El alcalde debe defender la materializ­ación de los ideales y reivindica­r lo que considera que es justo para los ciudadanos.

¿Qué debe hacer Barcelona para ser mejor?

Tiene que recomponer su propia idea interna. La ciudad se construye entre todos y el sector privado también tiene que participar. Me inquieta que la gente que quiera gobernar esta ciudad no tenga ni idea.

¿Qué opina de Manuel Valls? Ya nos acabará explicando a qué intereses responde y qué gente tiene detrás. Hace propuestas populistas, poco rigurosas. ¿Cómo logrará que el transporte público sea gratuito?, ¿subiremos los impuestos?

¿Y de la ciudad de Ada Colau?

El actual equipo de gobierno se ha fundamenta­do más en ideologism­o que en poner en marcha proyectos prácticos. Tiene prejuicios sobre comercio, turismo y espacio público que se han traducido en una sensación colectiva de descontrol. No ha sido un periodo afortunado.

¿Tranvía sí o no?

Es un debate absurdo porque afecta a una parte muy particular de la ciudad y no explica a los ciudadanos el proyecto de movilidad.c

LOS OPONENTES “Me inquieta que la gente que quiera gobernar esta ciudad no tenga ni idea”

LA CRÍTICA A BCOMÚ “Tienen prejuicios que se han traducido en una sensación de descontrol”

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CÉSAR RANGEL Ferran Mascarell, en la librería Laie de la calle Pau Claris, el pasado viernes

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