La Vanguardia

El Barça se mete en la crisis de cada año

Cuarta derrota consecutiv­a de los de Pesic, muy erráticos

- JUAN BAUTISTA MARTÍNEZ

La ilusión de hace unas semanas ha desapareci­do. Las buenas sensacione­s son historia. La dinámica positiva acabó y no hay manera de recuperarl­a. El Barcelona se ha metido de lleno en la crisis de cada temporada y van… El equipo blaugrana acumuló anoche su cuarta derrota consecutiv­a en la Euroliga. Esta vez fue el Olympiacos el que asaltó al Palau al mostrarse superior en la segunda mitad del partido. El conjunto de Pesic las vio cuadradas, sus porcentaje­s en el tiro resultaron bajos y en la lucha por los rebotes los griegos le mordieron la oreja (24 a 37). Los helenos mandaron con el eterno Spanoulis y Milutinov como protagonis­tas. El socavón blaugrana ya es un hecho. Tomic (2) y Singleton, desastroso una vez más (0), quedan como algunos de los señalados principale­s.

Obsesionad­o con que su equipo mejorara en la faceta defensiva Pesic apostó por Blazic en el quinteto inicial. No es que aportara mucho pero sí piernas en los marcajes. Debió pensar lo mismo el técnico del Olympiacos, David Blatt. Con lo cual se generó un escenario de partido poco atractivo. Mucha lucha, mucho contacto y mucho trabajo sin balón. En cambio, con la pelota poca fluidez, esca sas asistencia­s y un juego trabado.

Cada canasta costaba un mundo. De vez en cuando caía algún triple para alegrar el marcador. Ahora dos de Claver. Ahora dos de Spanoulis. La pelea bajo los tableros comenzó, como acabó, con dominio griego. Milutinov se hartaba a capturar balones en la zona barcelonis­ta, con lo que picoteaba la canasta (9 puntos hasta el entreacto). Tomic, enfermo en los últimos días, era una sombra porque ya se sabe que cuando van mal dadas el croata suele caer en un estado deprimente. Enseguida tuvo que sacar Pesic a Pustovyi, que por lo menos aportaba entusiasmo.

Nadie se escapaba en el electrónic­o aunque la tendencia era que mandaba por poco el Olympiacos (1417 al final del primer cuarto). En el segundo el pelaje del encuentro tampoco cambió. Apareció por el parquet Kuric, que ha perdido prestacion­es en los últimos partidos, y desapareci­ó Heurtel, mientras Pangos trataba de poner orden. Aunque los ataques continuaro­n siendo pastosos, una tortura industrial para el espectador. La alegría brillaba por su ausencia, en un duelo más del agrado de algunos técnicos que de los seguidores. El Barça mejoraba en el rebote pero no había manera de que hallara continuida­d y otro titular como Singleton seguía sin la confianza necesaria ni para probar tiros abiertos.

Todo quedó por resolver para la segunda mitad tras el 3032 del descanso. El partido necesitaba que alguien lo metiera en la coctelera porque si no se iba a encaminar a una agonía solo para supervivie­ntes.

Lamentable­mente para los intereses del Barcelona el que lo agitó fue el Olympiacos, que regresó a la pista con más colmillo y acierto ofensivo. Si a eso se le suma que Spanoulis acertó con otros dos triples y que Milutinov (14 rebotes) continuaba zampándose a un débil Tomic en los rebotes el resultante fue que los helenos pisaron el acelerador en el resultado (3547). Todas las alarmas estaban encendidas y sonaban las sirenas al máximo en un alicaído Palau.

Era el momento de sacar el orgullo y Heurtel decidió saltarse algunos sistemas y jugar en individual para tirar de muñeca y por lo menos capear el temporal y llegar con algunas opciones al último cuarto (4855). Pero no hubo vuelta de hoja. Este Barça no carbura.

El Olympiacos dominó los tableros con Milutinov y el ritmo del encuentro con el eterno Spanoulis de cerebro

Jugadores como Tomic y Singleton, desangelad­os y superados, quedan como algunos de los señalados

 ?? ENRIC FONTCUBERT­A / EFE ?? Un cariaconte­cido Svetislav Pesic se lamenta anoche en el Palau Blaugrana
ENRIC FONTCUBERT­A / EFE Un cariaconte­cido Svetislav Pesic se lamenta anoche en el Palau Blaugrana

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