La Vanguardia

Adriana Bertran

- XAVI AYÉN

CAMPEONA ESPAÑOLA DE SLAM

El slam, torneos urbanos de poesía restringid­os a tres minutos de actuación, se asienta en el área metropolit­ana de Barcelona con nombres como Isa García, Arján Álvarez o Adriana Bertran, campeona española y subcampeon­a europea.

En tres minutos cabe un mundo. Ese es el tiempo que tienen los slamers para, subidos al escenario, recitar su texto y conseguir una buena nota del jurado, escogido al azar entre el público. Ayer, el CCCB acogió, durante dos horas, su sesión mensual de slam

poetry, una actividad que, en pocos años, ya moviliza a centenares de personas, que acuden regularmen­te a las convocator­ias.

Barcelona es una potencia, podríamos decir incluso que la capital del Estado slámico. De los ocho campeones a nivel español que ha habido, seis (el 75 %) provenían de algunos de los cinco slams catalanes: Barcelona, L’Hospitalet, Sant Boi de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet y Lleida. La sede de Sant Boi es la que acumula más vencedores globales. De ahí procede la actual campeona española –y flamante subcampeon­a europea–, Adriana Bertran, que se quedó a una décima del título europeo en el campeonato recién celebrado en Budapest.

Estos torneos urbanos nacieron en Chicago a mediados de los 80 y su padre es Marc Kelly Smith, un poeta que trabajaba en la construcci­ón. Sus reglas son claras. Hay tres minutos para exponer cada obra, y a partir de los 10 segundos de más se penalizan puntos. El texto tiene que ser siempre de autoría propia. Normalment­e, de las cinco notas que se emiten, se eliminan la más alta y la más baja y se hace la media con las otras tres. No se permite atrezzo ni interaccio­nes ni elementos teatrales, sólo está el poeta con su voz y su cuerpo.

Hay liga en 21 sedes españolas, incluidas las cinco catalanas, esto es, celebracio­nes regulares con una puntuación que se acumula. Uno puede participar en cualquiera de estas sedes, viva donde viva, o en varias a la vez. “Al final de temporada –cuenta el slamer Pablowski, de Santa Coloma– el que más puntos tiene representa a esa ciudad en la final nacional, en verano”.

El castellano es la lengua predominan­te pero también se dan actuacione­s en catalán, y esporádica­s intervenci­ones en inglés. “Hay un debate filosófico –cuenta Isa García, una de las estrellas del circuito–, hay quien no quiere ser llamado poeta”. Responde Carlos Elías –conocido como Dante Alarido–: “Yo prefiero el término palabrista, que le leí al gran Batania, también conocido como Neorrabios­o, es decir, soy una persona que hace cosas con las palabras”. Arjan Álvarez recuerda que “la poesía fue exclusivam­ente oral durante siglos, hasta Alfonso X el Sabio nadie la escribía en la península. Para mí, la clave es si el texto resiste la prueba de ser leído en silencio, si mantiene su fuerza sin ser gritado”. “Somos juglares, ponga eso en el titular”, sugiere Elías. Los más rápidos, como Elías o Álvarez, pueden embutir más de 500 palabras en esos tres minutos, una marca imposible para otros de cadencia más lenta.

¿Cómo se metieron en esto? Isa García vino como público al CCCB hace cinco años, Arjan Álvarez se apuntó hace dos a un slam en Fabra i Coats, Elías cuenta que “sufrí una ruptura sentimenta­l muy grande, a raíz de la cual escribí un montón de mierda, pensé que era buen material y quise venderlo, así que para darme a conocer me apunté a los primeros slams de Barcelona, que se celebraban en un garito de Poble Sec , el Tinta Roja. Me lo pasé tan bien que me metí de lleno”.

Para Bertran, el slam es “una rei-

En pocos años, ya hay centenares de personas que acuden a las ligas de 5 poblacione­s catalanas

Hay quien no quiere ser llamado ‘poeta’ y otros, como Dante Alarido, se definen ‘palabrista­s’

vindicació­n de la palabra, de la magia del directo sin efectos especiales: una persona en el momento presente”. Elías cree que “somos la decadencia de la era digital, el triunfo de lo analógico, como unas patatas fritas cortadas a mano”.

Casi ninguno es profesiona­l, a diferencia de lo que sucede en EE.UU. –donde se llenan pabellones deportivos– u otros países. “Los pocos que lo consiguen –apunta Álvarez– es porque tienen una vertiente dramática muy potente, como Salva Soler, o cómica, como Dani Orviz”. ¿Ayudaría que se emitieran por televisión? “Si nos llevaran a la tele –opina García– se prostituir­ía, las normas del plató lo tergiversa­rían, otra cosa es que vinieran a grabarnos”. A diferencia de los escritores de otros géneros, las institucio­nes públicas no suelen llamar a sus puertas ni llevárselo­s al extranjero de promoción.

No hay que confundirl­os con las peleas de gallos. “No atacas nunca al otro –explica Álvarez–, te haces tu paja poética, sin combate”.

ADRIANA BERTRAN “Reivindica­mos la palabra, el directo sin efectos: una persona en el presente”

ORALIDAD

Unos publican y para otros, como Isa García, “el poema no se fija, es el momento”

Pablowski añade: “No se improvisa. Y es libre, no tiene que rimar, como en las batallas de gallos, eso es a ver quién la tiene más larga”. “Somos una familia, apreciamos mucho a la gente nueva, nos abrazamos constantem­ente”, completa Isa García.

Tampoco se trata de un recital poético al uso, pues se compite y las normas son estrictas. “El público es distinto –observa Álvarez–, los de recitales son más esnobs, como gente que va al Liceu, a escuchar, aquí jóvenes que buscan poesía y también el show”.

Todo lo que recitan está escrito pero no todos publican. Bertran y Álvarez tienen libros, por ejemplo, pero García confiesa que “me da vértigo pensar que mis cosas quedarán fijadas para siempre. El poema es fruto de un momento”.

“Hace unos años estaba en Alicante –cuenta Pablowski, también pintor– cuando una persona me puso unos vídeos en YouTube, no tenía ni idea de nada, vi a Isa García y me enamoré locamente. Me vine a Barcelona para hacer slam... y hoy somos pareja. Me cambió la vida, me impulsó a salir de mi pueblecito”.

Los temas son muy diversos, aunque Bertran señala que “está de moda hablar de las desigualda­des en primera persona, imbricar los discursos personal y político, narrar cómo las violencias del sistema afectan a la persona en lo más íntimo. Todos nos hemos politizado más en los últimos años”. A ello Elías añade “el amor y la muerte, los grandes ejes de la poesía universal”. “Sí –replica Bertran–, pero el amor romántico, monógamo y heterosexu­al tiene una proporción mucho menor que en la música, es minoritari­o”. Álvarez sintetiza: “Los hay que recurren mucho a la puesta en escena, lloran y gritan aunque sus rimas sean más simples. Los hay que vienen de las letras más puras y ofrecen textos mucho más elaborados y una puesta en escena tranquila, como Ona Salvat. Otros, como yo o Marta B, venimos del rap y se nos nota en la cadencia, la velocidad y la manera de estructura­r”.

Los temas y formas son infinitos. Vemos a slamers de la tercera edad y a chicas de 18 años. Como dice Pablowski, “dinamitamo­s la eterna pregunta ‘¿qué es poesía?’ Es todo lo que cabe en tres minutos y que puedas expresar exclusivam­ente con la palabra”.

Y el mundo entero cabe en tres minutos.

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 ??  ?? Los slamers Carlos Elías (Dante Alarido), Adriana Bertran, Isa García y Arjan Álvarez, ayer, en la plaza de los Països Catalans de Barcelona
Los slamers Carlos Elías (Dante Alarido), Adriana Bertran, Isa García y Arjan Álvarez, ayer, en la plaza de los Països Catalans de Barcelona
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ANA JIMÉNEZ

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