Dos detenidos por el caos con drones en el aeropuerto de Gatwick
El uso de tecnología militar ha sido fundamental para neutralizar los aparatos
La policía británica ha detenido a dos personas sospechosas de estar detrás de los drones que han provocado tres días de caos en el aeropuerto londinense de Gatwick y afectado a más de 140.000 pasajeros en vigilias de las fiestas navideñas. Los arrestados son una mujer de 54 años y un hombre de 47, vecinos de Crawley, una ciudad situada a ocho kilómetros de Gatwick, y por el momento se desconoce su móvil. La policía habla de “acto deliberado” pero descarta el terrorismo.
Fueron detenidos a las diez de la noche del viernes, unas horas después de que se avistara otro dron sobrevolando la única pista del aeropuerto, lo que obligó una vez más a interrumpir los vuelos.
La policía interrogó ayer a los dos sospechosos y registró una casa en Crawley. Desde su detención no se han visto más drones.
El despliegue del ejército y el uso de avanzada tecnología militar ha sido fundamental para poder neutralizar los drones, pequeñas aeronaves que se pilotan a distancia. Al parecer se recurrió a un sistema israelí llamado Drone Dome, que detecta los drones mediante radar y puede detenerlos al interferir la señal desde el operador al aparato. No está claro si esta misma tecnología ha sido la que permitió localizar a los autores.
Los vuelos pudieron reanudarse de manera total a partir de las 6 de la mañana y la normalidad regresaba poco a poco ayer en Gatwick, el segundo mayor aeropuerto del Reino Unido, situado al sur de Londres, si bien sus responsables advirtieron que los retrasos y las anulaciones persistirán en los próximos días debido a las perturbaciones de las últimas horas que obligarán a recolocar a miles de pasajeros. Se trata de la mayor interrupción aérea desde la nube de ceniza de un volcán islandés en el 2010. El consejo para quienes tengan que volar por Gatwick es que consulten el estado de sus vuelos.
Según el aeropuertos, un millar de vuelos han sido anulados o desviados, desde que los primeros drones fueron detectados a las nueve de la noche del miércoles. El jueves fue el peor día: cada vez que el aeropuerto trataba de reabrir la pista, los drones volvían a aparecer. El director de Gatwick, Stewart Wingate, denunció que se trató de una acción diseñada para “cerrar el aeropuerto y provocar el máximo de perturbación justo antes de Navidad”.
No está claro si los dos detenidos son los únicos responsables. Ningún grupo ha reivindicado la acción, que los medios británicos especulan podría tener un móvil ecologista. La policía advirtió en un comunicado que “la investigación continúa”, así como la vigilancia en el aeropuerto para “detectar y mitigar otras incursiones de drones, mediante el despliegue de una serie de tácticas”. “Continuamos instando al público, a los pasajeros y a la comunidad en general alrededor de Gatwick a estar atentos”, añadió la policía.
Las principales aerolíneas que operan en Gatwick, como EasyJet, British Airways o Norwegian, han dicho que es demasiado pronto para determinar el impacto financiero.
Se trata de un incidente “sin precedentes”, según el Gobierno, criticado por no haber cogido el toro por los cuernos con la amenaza de los drones. El diario The Times afirmaba ayer, sin citar fuentes, que el ministro de Transportes, Chris Grayling, descartó una nueva ley que estaba prevista para el 2018 para limitar el uso de drones cerca de aeropuertos. Prefirió concentrarse en el Brexit, a pesar de las múltiples advertencias sobre el riesgo que suponían estos aparatos.
“En el 2017 prometimos una nueva legislación” al respecto,
Son una mujer de 54 años y un hombre de 47, vecinos de la zona; la policía apunta a un “acto deliberado”
aseguró en la BBC Andy McDonald, ministro de Transportes en la sombra del Partido Laborista, que acusó al Gobierno de “falta de consideración”.
El portavoz del ministro calificó estas acusaciones de “grosera deformación” y aseguró que el año que viene entrará en vigor una nueva ley para que los usuarios de drones sean registrados y pasen tests de seguridad.
La legislación actual prohíbe su uso a menos de un kilómetro de un aeropuerto y a una altitud superior a 122 metros. Los drones se han convertido en una amenaza creciente en los aeropuertos de todo el mundo. En Gran Bretaña, el número de acercamientos entre drones privados y aviones se triplicó entre el 2015 y el 2017, con 92 incidentes registrados el año pasado.