En la red de ciudades creativas de la Unesco

El 5 de diciembre de 1998 la Unesco reconoció “el valor universal excepcional” del Viejo Lyon, “2000 años de historia y siempre habitado”. La ciudad amurallada desde el año 1000 hasta el siglo XVIII, 478 hectáreas, imán turístico por sus traboules, dédalo de pasadizos entre edificios, sus monumentos habitados, su vidilla... Por otra parte, y desde el 2008, Lyon está en la red de ciudades –116 en 54 países– creativas de la Unesco. De sus siete dominios de creación, Lyon escogió artes digitales, lo que incluye desde desarrollo urbano hasta juegos de vídeo. En 2017-20 “intentamos cruzar los diferentes sectores artísticos con el utillaje digital”, explica Georges Kepenekian, cargo adjunto a cultura, grandes acontecimientos –como la tradicional fiesta de las luces- y derechos ciudadanos. Austera por fuera, Lyon es apasionada. En julio de 1978 el cierre judicial de una escena punk provocó un concierto de solidaridad, histórico. Aquella Lyon era epicentro francés del post punk y la onda new wave, con grupos locales como Starshhoter, Marie et les garçons, Electric Callas. En 1999, la renovación de la Halle Tony Garnier –17.000 plazas, segunda sala de conciertos de Francia– brindó nuevo escenario al panorama musical. Todo accesible porque tres tipos de abono (Culture, Pass, Cooperación Cultural), apoyan la decisión de situar la cultura “en el centro del proyecto de desarrollo de la urbe”, según el inoxidable alcalde Gérard Collomb, más de tres lustros al frente de la ciudad. Socialista, Collomb se apoya en su politizada esposa y en un grupo de hierro, que el periódico Lyon Capitale bautizó irónicamente la Collombie . Un acuerdo firmado el 2014 por 27 establecimientos y organizadores, comparte objetivo municipal: “Cultura, un ladrillo más en la edificación de un Lyon sostenible”.