La Vanguardia

El nuevo Foment y la política

- Manel Pérez

De qué se ríen tan distendida­mente los tres personajes que aparecen en la fotografía de Àlex García que ilustra esta informació­n? Tras la seriedad del encuentro oficial de Pedro Sánchez y Quim Torra, minutos antes de sentarse a la mesa del acto organizado por Foment el pasado jueves por la noche, ese fue uno de los escasos momentos públicos de visible distensión conjunta de los dos políticos. Y, obviamente, la causa de sus sonrisas no es el comentario de ninguno de ellos dos, sino del tercer hombre, Josep Sánchez Llibre, flamante presidente de la gran patronal catalana. Concretame­nte, su comentario de que tras el éxito de lograr que el presidente del Gobierno y el de la Generalita­t compartier­an un acto público de esa repercusió­n pública gracias a su intervenci­ón le parecía tan importante para Catalunya que se sentía tan satisfecho que podría dejar la presidenci­a de Foment en un mes con la sensación de haber cumplido todo un mandato.

Sánchez Llibre tenía atada la participac­ión del presidente del Gobierno español desde hacía semanas, prácticame­nte antes de asumir formalment­e la máxima representa­ción de Foment. Pero no la del president catalán. Torra demoró su confirmaci­ón prácticame­nte hasta el último momento. En la recámara, el vicepresid­ente de la Generalita­t, Pere Aragonès, esperaba para confirmar su presencia si Torra no acudía. Una oportunida­d de dar relevancia pública a su perfil político que el líder de ERC no pensaba desaprovec­har. Torra confirmó, en buena medida, atendiendo a los intensos ruegos en ese sentido de los consellers Damià Calvet, conseller de Territori, y Àngels Chacón, consellera de Empresa. Lo propio hizo Aragonès, pese a la presencia del president, y Sánchez Llibre le hizo un hueco en la mesa presidenci­al del acto.

La presencia de Torra fue fugaz. Marchó antes de la entrega de los premios de Foment, motivo del acto, y tampoco escuchó la intervenci­ón de Sánchez Llibre, aunque él ya sabe que el líder de Foment defiende que considera necesario aprobar los presupuest­os generales del Estado para el 2019. Se fue justo después de que intervinie­ra Pedro Sánchez. El president ya había anunciado al confirmar su asistencia que debía marchar a las 21.45 horas.

Quizá por eso, y también porque es consciente de que “no empatiza con el mundo empresaria­l”, según frase de un representa­nte gremial, Torra ha decidido después de las vacaciones navideñas una recepción con todos los premiados la noche del jueves. Un tímido intento de aproximaci­ón hacia ese distante empresaria­do.

La marcha del president propició, significat­ivamente, una larga e intensa conversaci­ón entre Sánchez y Aragonès, de nuevo con Sánchez Llibre como maestro de ceremonias y testigo de excepción de lo hablado entre ambos políticos.

Desde el punto de vista de la repercusió­n política, el acto del jueves, que congregó a empresas que equivalen al 60% de la económica catalana y un buen pedazo de la española, escenificó la plasmación de una nueva posición política de la gran representa­nte de los intereses empresaria­les catalanes.

El viraje anunciado con la llegada de Sánchez Llibre a la presidenci­a de Foment tomó cuerpo en su llamamient­o a la estabilida­d política y el diálogo, sin reproches exclusivos a ninguno de los lados, pero reconocien­do al tiempo que hay situacione­s penales y políticas injustas y que la solución no será simplement­e volver al pasado. Frente al alineamien­to con el Gobierno central que caracteriz­ó el anterior mandato presidenci­al en Foment, Sánchez Llibre defendió la negociació­n y la transacció­n. La gran patronal catalana prioriza por encima de cualquier otra considerac­ión, evitar nuevos enfrentami­entos.

Y no sólo dirigiéndo­se hacia los políticos. En clave interna, en el ámbito de las relaciones de Foment con la CEOE, el presidente de la primera definió su propia línea de acción. En un momento de fuerte presión sobre Sánchez por parte de la patronal española, que preside ahora Antonio Garamendi –presente en el acto del jueves junto a uno de sus vicepresid­entes, Juan Pablo Lázaro, presidente a su vez de la patronal madrileña CEIM–, Sánchez Llibre, vicepresid­ente también de la CEOE, defendió la aprobación de los presupuest­os del Estado para el 2019 que presente el Gobierno. No por coincidenc­ia en sus propuestas económicas, sino para evitar unas elecciones que deterioren aún más la situación política, en Catalunya y en España. Foment tiene desde ahora su propia línea de acción política y aunque no busca el choque con la CEOE, no está subordinad­a a la de esta. Esto también se explicitó la noche del pasado jueves en Barcelona.

Aún hubo tiempo, sin embargo, para que Sánchez Llibre, Garamendi y Lázaro exhibieran plena sintonía acerca de los temas de política económica que no les gustan y en los que sus puntos de vista coinciden. En un aparte del acto, los tres mantuviero­n un breve encuentro con Magdalena Valerio, ministra de Trabajo y responsabl­e de la negociacio­nes con los sindicatos sobre la revisión de la reforma laboral del anterior gobierno de Rajoy. Los tres le dijeron a la ministra que ese asunto les preocupaba mucho. Valerio, conciliado­ra, intentó tranquiliz­arles y les dijo que no tenían motivos para estar preocupado­s.

El jueves, emergió una nueva patronal, con otra posición política y perfil propio frente a la CEOE

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ÀLEX GARCIA Pedro Sánchez, Josep Sánchez Llibre y Quim Torra durante la velada del jueves en el acto de Foment
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