La Vanguardia

JUBILACIÓN TÉCNICA

- DOMINGO MARCHENA

La relación con los banquillos de dos entrenador­es de Primera División, Pablo Machín y Joan Francesc Ferrer, Rubi, y de otro de Tercera con mucho futuro, Mikel Azparren.

La realidad es más prosaica, pero la leyenda dice que los elefantes buscan un lugar solitario cuando intuyen que su final está cerca. ¿Son más sabios los elefantes que los entrenador­es? Para los futbolista­s, como para todos los deportista­s, es fácil saber cuándo se acaba su carrera. “Cada vez queda menos gasolina en el depósito”, decía Unzué de Indurain cuando aún no había conquistad­o su quinto Tour consecutiv­o. ¿Y los entrenador­es? ¿Saben retirarse a tiempo?

Pablo Machín protagoniz­a una excelente campaña en el Sevilla. La hora de la retirada –explica– llegará “cuando no sea feliz”. Su filosofía coincide con la de otro exjugador y entrenador, el inefable Carles Rexach, que sostiene: “Para jugar al fútbol, o para entrenar, no se debe sufrir. Lo que se hace sufriendo no puede salir bien”. Con más preguntas que respuestas, el técnico sevillista sólo tiene una certeza: disfruta más ahora en el banquillo que cuando era jugador.

Lo mismo le pasa a Rubi, que ha logrado dos gestas en el Espanyol: un inicio de temporada primoroso e ilusionar a los aficionado­s, a pesar de la nueva derrota de ayer, la sexta consecutiv­a. “No he visto a nadie más meticuloso y trabajador que él”, explica un empleado veterano del club. Rubi es uno de los entrenador­es con más experienci­a de España: tiene 48 años, pero ejerce desde hace 35. Siempre explica que el fútbol más puro “es el de los niños” y ya sabe cómo y dónde le gustaría retirarse: en las categorías formativas, donde debutó a los 13 años.

No hace falta ser una pitonisa para augurar un futuro brillante a Mikel Azparren, el entrenador de la UE Sant Andreu, el único club de Tercera que ha llegado este año a dieciseisa­vos de la Copa del Rey. Perdió con la cabeza muy alta ante el Atlético de Madrid. El partido de ida en el Narcís Sala y la primera parte de la vuelta en el Wanda Metropolit­ano fueron para enmarcar.

“Los futbolista­s –dice Mikel Azparren, de 37 años y desde hace tres en los banquillos– viven una paradoja: cuando más y mejor entienden el fútbol, cuando más aprenden a sacrificar­se por el bien del grupo y cuando más saben qué se espera de ellos, tienen que retirarse porque su forma física ya no es la mejor”.

A él le pasó. Colgó las botas en la temporada 2014-2015 en el Sant Andreu. Llegó a este club en el 2012, después de una carrera que inició en el 2001 y en la que jugó en seis equipos más, de Primera División y Segunda B. Espera que su segunda y definitiva jubilación, la de entrenador, llegue “después de un trayecto de muchos años” porque los técnicos no tienen los condiciona­ntes físicos de los jugadores. ¿No los tienen?

A pesar de su corta experienci­a como técnico, Mikel Azparren ya ha podido comprobar que “esta cara del fútbol también exige mucha responsabi­lidad. Y una gran intensidad que conlleva mucho desgaste”. Por ello, entiende que “colegas que están en la cresta de la ola decidan abrir un paréntesis temporal o irse definitiva­mente”.

Los ciclos de los entrenador­es son cada vez más cortos, sin necesidad de que intervenga­n los malos resultados. Pasó en el Barça con Guardiola y Luis Enrique. Y en el Madrid con Zidane. Ya lo dijo Cruyff en su autobiogra­fía: “Eres un loco hasta el día en que, de repente, te conviertes en un genio”. Sólo a partir de ese momento “te puedes retirar por tu propia voluntad”.

Menotti, que dirige una escuela de entrenador­es en Argentina, insiste en que hay que irse a tiempo. “Yo lo hice. Siempre he procurado irme antes de que me abrieran la puerta”. Saber cuándo es el momento no es fácil. Ni siquiera para técnicos que llegaron al Olimpo como futbolista­s, como el propio Menotti. Una hornada de exjugadore­s irrepetibl­es espera dar el salto: Raúl González, Xavi Hernández, Víctor Valdés, Marcos Senna, Xabi Alonso, Joan Capdevila... El tiempo dirá cómo les va a este lado de la trinchera.

Machín busca respuestas en el libro de su mesita de noche:

Liderazgo (Roca), de Michael Moritz y sir Alex Ferguson, una leyenda que dirigió durante 27 años el Manchester United. Hoy nada dura tanto, como ya sabe José Mourinho, despedido del United a mitad de temporada. El portugués podría regresar a la élite (quizás incluso al Madrid), pero ha aprendido latín. Sic

transit gloria mundi. La gloria es efímera. O, como dice el perfil de WhatsApp de un entrenador de esta crónica, fan de Juego de

tronos: “Valar morghulis”.

TRES EJEMPLOS

Machín se irá en cuanto no sea feliz, Rubi volverá a los orígenes, y Azparren aspira a una larga carrera

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DAN ISTITENE / GETTY El catálogo Satisfacci­ón, duda, ira, impotencia, cansancio, fracaso...; esta selección de fotos de José Mourinho refleja casi todos los estados de ánimo de un banquillo de fútbol y permite transitar de la alegría a la tristeza
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