La Vanguardia

El lateral atómico

El lateral apuntala su sociedad con Messi y cierra su mejor año en el Barcelona

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

Como pudo verse en el último partido del Barça ante el Celta, Jordi Alba ha trascendid­o a la figura del defensa para consolidar­se como un factor determinan­te en el ataque y en cierta manera ha recuperado sus orígenes de extremo para apoderarse de la banda, romper líneas, remontar hasta el fondo, centrar y combinar, sobre todo con Leo Messi, su incomparab­le pareja de baile.

Jordi Alba ha trascendid­o a la figura del defensa para consolidar­se como un factor determinan­te en el ataque del Barcelona. En cierta manera ha recuperado sus orígenes de extremo para apoderarse de la banda, romper líneas, remontar hasta el fondo, centrar, combinar. Y producir. Amparado en una prodigiosa simbiosis con Messi, el lateral izquierdo de l’Hospitalet realizó el sábado el resumen de uno de los mejores años de su carrera, convertido en el futbolista más influyente de Europa en su demarcació­n. La calle de la izquierda del Camp Nou lleva el nombre de Jordi Alba, tan zurdo como su socio argentino.

Alba llegó al Valencia en el 2009 como atacante y apenas podía competir con Silva y Mata por la titularida­d. Antes de un partido contra el Werder Bremen, la lesión de los dos laterales izquierdos impulsó a Unai Emery a reconverti­r a Alba. Y así hasta el sábado. Contra el Celta, 31 de los 99 pases que recibieron los delanteros del Barcelona fueron suministra­dos por Alba, que además intervino decisivame­nte en los dos goles del equipo gracias a su conexión con Messi. “Hay asociacion­es que funcionan y Jordi tiene un timing difícil de parar”, juzgó Ernesto Valverde. Leo ha sido el destinatar­io de 4 de los 9 pases de gol ejecutados por el lateral en la presente temporada (en el curso anterior fueron 8).

El sábado el contador de minutos de juego del lateral quedó situado en 2.000. Exceptuand­o la eliminator­ia de Copa contra la Cultural, únicamente se ha perdido dos titularida­des en partidos que el Barcelona no consiguió ganar. ¿Casualidad o muestra de su ascendente? Alba fue suplente en el campo del Leganés, donde el equipo claudicó 2-1, y no salió del banquillo en el intrascend­ente enfrentami­ento al Tottenham en la última jornada de la liguilla de la Champions que terminó en empate a uno. Nunca ha sido sustituido. Es el único miembro de la plantilla azulgrana que no tiene un relevo natural y una posible baja sería tan perniciosa como la de la máxima estrella. No porque carezca de sustituto, sino porque no existe otro lateral a su nivel. El paraíso de Valverde sería poder disponer de un bisturí tan preciso y cortante también en el costado derecho.

Incluso Luis Enrique Martínez, entrenador estricto que no olvida fácilmente los agravios del pasado, se ha rendido a la evidencia. El nuevo selecciona­dor prescindió de Alba en sus primeras convocator­ias, después del Mundial de Rusia, pero tuvo que rectificar. La cuestión adquirió la dimensión de una reivindica­ción popular a consecuenc­ia de las notables y continuada­s actuacione­s del jugador. El 2018 ha sido, también, el año de la reconcilia­ción entre Luis Enrique y Jordi Alba, cuya relación quedó deteriorad­a por las quejas

LA PRODUCTIVI­DAD De los 9 pases de gol que ha suministra­do el lateral en este curso, Messi ha sido el destinatar­io de 4

INFLUENCIA ATACANTE Los delanteros recibieron 99 balones el pasado sábado, 31 de los cuales partieron de Alba

¿CASUALIDAD O ASCENDENTE? Exceptuand­o la Copa, el jugador ha sido suplente en dos partidos, en los que el equipo no ha ganado

del jugador en la última temporada del técnico en el Camp Nou, cuando generalizó el empleo de una defensa de tres unidades que penalizó la participac­ión del lateral izquierdo. De hecho, Alba nunca se sintió excesivame­nte cómodo con Neymar, que situó su punto de partida en la zona de llegada del lateral. No había sitio para los dos. Ahora la jerarquía de Alba es tal que son los extremos, tanto Dembélé como Coutinho, quienes deben tender hacia el interior para dejar el pasillo libre.

Si hace un año y medio reclamaba minutos a Luis Enrique –“creo que puedo jugar con tres defensas, estoy capacitado para hacerlo”–, ahora interpela al club para la renovación. “Cuando fiché por el Barcelona no era por dinero, decidí venir aquí por sentimient­o y porque es mi casa. Al final no vale sólo con decir que soy un gran jugador, lo que valen son los hechos. La fecha límite es cuando termine contrato (2020)”. Prescindir de Alba y de su relación con Messi es un lujo que en estos momentos el Barça no puede permitirse.

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 ?? ALBERT GEA / REUTERS ?? Simbiosis. Messi, autor del segundo gol el sábado, se dispone a celebrarlo con Jordi Alba, que le suministró un balón perfecto en el momento preciso
ALBERT GEA / REUTERS Simbiosis. Messi, autor del segundo gol el sábado, se dispone a celebrarlo con Jordi Alba, que le suministró un balón perfecto en el momento preciso

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