Japón, hacia una nueva era
El país nipón vive un periodo de transición en el que puede aprovechar su tecnología para combatir el envejecimiento
El futuro de Japón suele abordarse desde una perspectiva catastrofista, alimentada por el irremediable envejecimiento de su población, el débil crecimiento de la economía (al 1%), la elevadísima deuda pública (230%) o los límites a su fuerza armamentística.
El archipiélago nipón vive unos años claves de transición, en los que debe romper los moldes para evitar convertirse en un país de segunda categoría. Pero a diferencia de lo que muchos imaginan, los cambios para lograrlo no tienen por qué realizarse de forma drástica o dramática. Basta con combinar sus ventajas en tecnología, educación, bienestar y seguridad ciudadana para exportar sus avances al mundo y atraer talento extranjero al país, típicamente cerrado a la inmigración. Ahora es la segunda economía asiática y la tercera del mundo, tras China y Estados Unidos.
El número 71 de Vanguardia Dossier analiza el abanico de posibilidades que tiene el país para superar este período con artículos de académicos como Corey J. Wallace, Marianne Perón-Doise, Jeff Kingston, Mark R. Mullins, John Breen, Naoyuki Yoshino, Hiroaki Miyamoto, Farhad Taghizadeh Hesary, Hisakazu Kato, Mateja Kovacic, Paul Midford, Alexandra Sakaki, Takaaki Mizuno y Axel Berkofsky.
Uno de los temas principales que se abordan en el dossier no puede ser otro que el envejecimiento de la población, el principal problema de la economía nipona, ya que dentro de 50 años perderá un 40% de su fuerza de trabajo. Para combatir este déficit, será necesario abrir las puertas a mano de obra extranjera, además de considerar la posibilidad de subir la edad de jubilación a 70 años y acelerar el proceso de automatización de la industria para suplir el vacío en mano de obra. Precisamente en este último aspecto, Japón tiene la oportunidad de demostrar al mundo su potencia en tecnología puntera en ámbitos como la robótica, el big data o la inteligencia artificial y convertirse así en un exportador de su modelo de sociedad 5.0. Los Juegos Olímpicos del 2020 serán el escaparate de esta sociedad que se anuncia tan conectada.
En el plano del liderazgo político, Japón vivirá el tercer y último mandato de Shinzo Abe, un nacionalista de derechas que quiere reformar la Constitución para reforzar el papel de las fuerzas militares y que ha cuestionado las atrocidades que el país cometió durante la época colonizadora, una postura que enfría las relaciones con sus vecinos asiáticos. Entre ellos se encuentra la tensa relación con China y Corea del Norte, cuya potencia nuclear es vista como una amenaza real para Japón. Además, afronta el riesgo de quedar arrinconado por los lazos entre Corea del Sur y Estados Unidos en la desnuclearización. De momento, Washington sigue siendo un socio privilegiado para Tokio.
Además, el país vivirá el próximo 1 de mayo del 2019 el ascenso al de Naruhito, el hijo del emperador Akihito, que decidió abdicar debido a su avanzada edad. Una nueva era se abre para Japón.
El país asiste al último mandato de Shinzo Abe y se prepara para el ascenso al trono de Naruhito