La Vanguardia

La mesa de diálogo que avala Sánchez

Torra citó a los partidos en noviembre; asistieron JxCat, ERC, PSC y CatComú

- SILVIA HINOJOSA

Diálogo fue la palabra más repetida la semana pasada entre las delegacion­es de la Generalita­t y del Gobierno central, antes, durante y al término de la reunión que celebraron el jueves en el Palau de Pedralbes. Diálogo fue también la palabra clave en el comunicado conjunto. Y con esa divisa del diálogo se espera transitar las próximas semanas, con la voluntad de pasar de las palabras a los hechos. Diálogo entre gobiernos, por un lado, y diálogo en Catalunya, reclamaba una vez más el presidente Pedro Sánchez al Govern de la Generalita­t, en la entrevista publicada ayer en estas páginas, en la que pedía al president Quim Torra que entre en la fase del diálogo real entre catalanes, en torno a una mesa con todas las fuerzas parlamenta­rias.

La buena noticia es que esa mesa existe. La no tan buena es que solo se ha reunido una vez –el pasado 16 de noviembre, en el Palau de la Generalita­t–y no estaban Ciudadanos, PP y la CUP.

La propuesta de crear esta mesa de diálogo en Catalunya, a la que se sentaran todos los partidos políticos, sindicatos y entidades sociales la planteó por primera vez en junio el entonces coordinado­r de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, al presidente de la Generalita­t, que la acogió. No hacía ni dos semanas que Sánchez había tomado posesión como presidente y Domènech hizo valer que el cambio en la Moncloa propiciaba un escenario más favorable al diálogo.

El objetivo era crear un espacio en el que rebajar el conflicto político y tratar de buscar consensos para presentar una propuesta que tuviera un amplio apoyo de la sociedad catalana. En la mesa debían estar partidos y sindicatos, pero también las entidades soberanist­as, como la ANC y Òmnium, y las que defienden la unidad de España, como Societat Civil Catalana.

En la Moncloa, la idea de un espacio de diálogo de estas caracterís­ticas era visto con muy buenos ojos y los socialista­s catalanes impulsaron la iniciativa. El 5 de julio, el Parlament aprobó la propuesta de crear un “espacio de diálogo para facilitar acuerdos sobre todos los grandes temas de país”, que avance en paralelo al diálogo entre los gobiernos catalán y español. La moción, impulsada por el PSC y pactada con JxCat y ERC, recibió también el apoyo de Catalunya en Comú y fue refrendada el 11 de octubre a través de una resolución en el mismo sentido.

A finales de octubre, Torra convocó la cita del 16 de noviembre en el Palau de la Generalita­t, con la intención de que fuera la primera reutrar nión de un espacio de interlocuc­ión estable, que permanecie­ra en el tiempo, entre la presidenci­a de la Generalita­t y los grupos del Parlament. En aquel momento, la líder de la oposición, Inés Arrimadas, que ya había rechazado participar en la ronda de contactos que realizó el presidente de la Generalita­t al acceder al cargo, ya dejó entrever que a Cs no le gustaba la idea. En los días siguientes, Cs, PP y la CUP anunciaron que no asistirían.

El 16 de noviembre se celebró la primera –y única– reunión. Debía ser la constituti­va de este espacio de diálogo, que nacía desvirtuad­o por la ausencia de Ciudadanos, PP y la CUP y las diferencia­s que separan a JxCat, ERC, PSC y Catalunya en Comú Podem sobre cómo abordar la crisis catalana. “El consenso habrá que construirl­o con personas que pensamos diferente, sin diálogo no hay solución”, dijo Miquel Iceta.

La cita se celebró en la sala Tarongers del Palau de la Generalita­t, recién reformada y engalanada con los retratos recién restaurado­s de doce condes y condes-reyes de Catalunya-Aragón, pintados a finales del siglo XVI, y que fueron testigos mudos de una reunión cargada de buenas intencione­s, pero sin más resultado que un consenso mínimo sobre la bondad de la recuperaci­ón del diálogo y la necesidad de encon- una solución política a un problema que es político. Nada más. Ni un principio de acuerdo en contra de la judicializ­ación de la política y aún menos en favor del derecho de autodeterm­inación, un tema clave para JxCat y ERC, al que el PSC se opone y sobre el que los comunes plantearon un pacto de claridad previo a un referéndum pactado con el Estado.

Para el Govern, que estuvo representa­do por Quim Torra, el vicepresid­ent, Pere Aragonès, y las consellera­s Elsa Artadi (Presidènci­a) y Ester Capella (Justícia), la cita permite mantener abiertas vías de diálogo con vistas a nuevas reuniones. Y también de cara a la negociació­n de los presupuest­os de la Generalita­t del 2019, para los que JxCat y ERC necesitan socios alternativ­os a la CUP.

AVAL PARLAMENTA­RIO

El Parlament aprobó en julio la creación de un espacio de debate sobre ‘los temas de país’

LOS AUSENTES

La cita, sin Cs, PP y la CUP, puso de relieve las profundas diferencia­s entre los asistentes

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CÉSAR RANGEL La reunión de la mesa de diálogo, presidida por Torra y Aragonès, en noviembre pasado, en el Palau de la Generalita­t

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