La Penya confirma su resurrección deportiva y económica
El equipo vuelve a zona de playoff y el club aprueba un presupuesto al alza
Ni los más optimistas podían presagiar el pasado verano que el Joventut se plantase esta Navidad en plena disputa por la Copa y, lo más importante, con una economía saneada. En apenas cuatro meses el club ha pasado de debatirse entre un descenso prácticamente cantado que le habría llevado a la desaparición o, en el mejor de los casos, a un cambio de modelo económico y deportivo, a pugnar en la zona noble de la tabla y a aprobar un incremento presupuestario en una plácida junta de accionistas.
Ayer, la afición verdinegra vio cómo su equipo doblegaba con solvencia al Iberostar Tenerife (84-64), volviendo así a la zona de playoff, y cómo la asamblea aprobaba un presupuesto de 4,5 millones de euros para la temporada en curso, un 10% más que la campaña anterior, con una previsión de ingresos de 4,9 millones respecto a los 3,6 del presente ejercicio.
El milagro y este resurgir de la Penya tiene sus claves tanto dentro como fuera de la pista. La apuesta por Carles Duran, un hombre de la casa, para dirigir al equipo se ha demostrado un acierto. Como lo han sido la renovación de Nico Laprovittola, que llegó el pasado enero para convertirse en el gran artífice de la permanencia, y la llegada de todo un elenco de nombres fundamentales en lo que va de campaña como Dakota Mathias, Shawn Dawson, Marko Todorovic, Conor Morgan y Luke Harangody.
Fuera del parquet, el mejor fichaje de la Penya ha sido el de la sociedad Scranton, un grupo de inversión vinculado a la farmacéutica Grífols, un nuevo accionista de referencia que entró a principios de temporada y que ha dado al club esa solvencia que tanto necesitaba. Sin restar valor a una masa social siempre fiel.