Ben Yedder rescata al Sevilla en el añadido
Un gol de Wissam Ben Yedder en el descuento (92) rescató ayer al Sevilla, que estaba naufragando en Butarque, el estadio del Leganés (1-1), donde no encontraba soluciones.
El empate reforzó su papel como tercero en discordia en la persecución al líder, el Barça, que ahora marcha tres puntos por encima del Atlético y cinco sobre los sevillistas. El papel del Sevilla fue muy menor en Leganés, mermado por el buen hacer de los locales, que se jugaban muchas cosas: la lucha por la permanencia empieza a concretarse. Ya tenemos muy claro quién lo va a pasar mal de aquí a final de curso. El Leganés es uno de ellos. Asumido ese rol, le toca fajarse cada minuto, cada partido. Ayer lo hizo, y de esa manera encadenó su noveno partido consecutivo sin perder.
Ambos conjuntos juegan en escenarios muy distintos. Se supone que el Sevilla aspira al título. Es una lectura meramente estadística, porque ayer se vio muy poco de todo eso.
El Sevilla llegaba sin Éver Banega y Sarabia, ambos sancionados, y esas ausencias le pesaron en el once. No encontró la manera de reaccionar, aunque tiempo había tenido. El gol del Leganés (Vesga) se había producido en los primeros compases, en el minuto 4. Desde entonces, el Leganés había manejado todos los mecanismos del encuentro. Y las cosas se le pusieron peor aún a los sevillistas tras el descanso: Franco Vázquez había sido expulsado en el intermedio por protestarle al árbitro.
La niebla cayó sobre Butarque y también sobre el Sevilla, que buscaba soluciones y solo las encontró en el descuento, con el cabezazo de Ben Yedder.
En Mestalla, el público local expresó su hastío. No chuta el Valencia, que las pasó canutas ante el colista Huesca. Ganó 2-1, con un gol en la prolongación (93) y tras pasarlo realmente mal, y ese hecho encabritó a la hinchada, que dedicó una pañolada a su equipo.
“Hicimos lo suficiente para ganar por 2-0, pero no marcamos y eso hace que te precipites. Tenemos capacidad para crear ocasiones, pero nuestro rendimiento es inferior en este capítulo. Ese es un problema grave”, dijo su entrenador, Marcelino, que empieza a verle las orejas al lobo.
“En cualquier caso, el club tomará las decisiones que crea oportunas si considera que nuestro trabajo no es el adecuado. Nosotros somos el mismo cuerpo técnico que hace un año, tanto en las victorias como en las derrotas”, dijo para zanjar el debate.
VICTORIA, PERO PAÑOLADA
El público de Mestalla expresó su hartazgo: el Valencia ganó, pero lo hizo bajo los pitos de la grada