El Reus cae injustamente y despide el año aún entre la incertidumbre
Jugó ayer el Reus su mejor primera media hora del curso pero falló en las áreas, encajó el 0-1 y a partir de aquí dudó demasiado ante un rival crecido. Peleó hasta el final y mereció como poco el empate si bien es cierto que antes Edgar Badia evitó el 0-2 con tres paradas majestuosas en el mano a mano con los delanteros de Osasuna.
La derrota deja a los del Baix Camp a la deriva pero muy cerca de la orilla, aunque más que lo deportivo lo que preocupa al vestuario y la afición roig i negre es el dinero. A la espera aún de que llegue el grueso de la inversión prometida por Joan Oliver, de la mano de los nuevos propietarios, el Reus vivirá entre nervios las fiestas de Navidad. Faltan los euros para pagar antes del jueves a los siete ju- gadores que han denunciado al club por impago, o en caso contrario quedarán libres. Y falta también dinero para poder dar ficha a los tres futbolistas que siguen entrenando pero no pueden jugar (Vítor, Yoda e Isaac Cuenca). Si la apuesta de la nueva propiedad acaba siendo potente, Xavi Bartolo, el sufrido entrenador del Reus, pide refuerzos para intentar sortear el descenso.
Algunos jugadores quieren salir por la falta de soluciones. Mucha incertidumbre aún, pero optimismo también al ver que los de Bartolo siguen compitiendo pese a las duras circunstancias. La afición sigue al lado del equipo.