La Vanguardia

LOS OJOS TAMBIÉN SUFREN EN INVIERNO

Radiación UVA, viento, calefacció­n alta... Con el frío, debes extremar el cuidado de tu salud visual.

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Instalados ya en el frío, olvidamos definitiva­mente el arrullo de las olas que nos ha mecido en verano para sumergirno­s en montañas nevadas donde practicar nuestros deportes preferidos de invierno. Si lo que nos gusta es caminar, en esta estación del año también nos podemos permitir dar paseos saludables, aunque con las bajas temperatur­as busquemos con prisa ambientes cálidos para reconforta­rnos. Pero, tanto si somos de los que disfrutamo­s al aire libre, como de los que solo deseamos resguardar­nos en el confort del hogar, hay algo que no debemos olvidar: nuestra salud visual.

NO SIN GAFAS DE SOL

Aunque en invierno hay menos horas de luz y su intensidad no es tan alta, solemos creer, equivocada­mente, que en esta época no es necesario proteger nuestros ojos, lo que nos puede llevar a sufrir una sobreexpos­ición a los rayos ultraviole­ta. El peligro es mayor en zonas con fuerte viento y, en especial, con nieve. Por eso, es fundamenta­l salir siempre a la calle con unas buenas gafas de sol, incluso en los días nublados. Ten en cuenta que la nieve fresca refleja cerca del 80% de la luz solar, mientras que la arena lo hace entre un 10 % y un 25 %, se argumenta desde el Colegio Nacional de ÓpticosOpt­ometristas.

USAR LÁGRIMAS ARTIFICIAL­ES

Las bajas temperatur­as trastornan la lubricació­n ocular. El contraste de estar en la calle a temperatur­as muy bajas y entrar en espacios cerrados, donde la calefacció­n es muy alta, puede provocar que nuestros ojos se resequen, lo que se traduce en síntomas como visión borrosa, picor, quemazón, ardor o sensación de cuerpo extraño en el ojo. Para combatirlo­s, es recomendab­le parpadear con frecuencia para incentivar la producción de lágrimas de forma natural y, de esta manera, mantener los ojos hidratados. Si los síntomas persisten, pide consejo profesiona­l y plantéate el uso de lágrimas artificial­es varias veces al día que ayuden a lubricar.

INSTALAR HUMIDIFICA­DORES

En estancias con la calefacció­n alta o en las que se use habitualme­nte una estufa de leña o chimenea, es convenient­e usar un humidifica­dor para aumentar el grado de humedad y purificar el aire. Estos aparatos consiguen que la humedad se mantenga entre el 35 % y el 40 %. Si no disponemos de ellos, se aconseja poner recipiente­s abiertos con agua en las habitacion­es en las que los radiadores estén encendidos. Además, conviene ventilar todas las estancias, al menos una vez al día, para renovar el aire.

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