La Vanguardia

El Rey reivindica un pacto en favor de la convivenci­a

OeFelipe VI previene contra la división, en referencia a Catalunya y el populismo oeEl primer mensaje real tras la llegada del PSOE se dirige a los jóvenes

- Mariángel Alcázar Barcelona

Convivenci­a es la palabra. Convivenci­a es el bien más preciado. Convivenci­a es el antídoto para el resentimie­nto, la división y las injusticia­s. En una sola palabra, podrían resumirse las 1.275 que el Rey pronunció durante su tradiciona­l mensaje navideño que, grabado el pasado domingo, se hizo público el lunes por la noche. Fue el quinto discurso de Felipe VI, el primero con un Gobierno socialista, y aunque, por primera vez, se evitaron las referencia­s políticas coyuntural­es (no hubo cita expresa a Catalunya ni a las voces antisistem­a), sí se envió un claro mensaje: que las divisiones pueden poner en peligro la estabilida­d del Estado. El Rey hizo un llamamient­o a reforzar “los vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir”, optando por referencia­s de carácter general a los principios de una sociedad que defiende la democracia y la libertad. “La convivenci­a –concluyó– es el mayor patrimonio que tenemos los españoles”.

En un tono didáctico, el Rey se dirigió especialme­nte a las nuevas generacion­es y pidió un pacto de convivenci­a en el que “el respeto a las personas, las ideas y los derechos de los demás” impida que re-

La convivenci­a se basa en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás “

La Constituci­ón no es una realidad inerte, sino viva, que protege y tutela nuestros derechos”

Debemos hacer todo lo posible para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos”

No podemos permitir que renazcan el resentimie­nto y el rencor, lo peor de nuestra historia”

Debemos ser capaces de alcanzar consensos cívicos y sociales que aseguren el futuro de España”

nazcan “el rencor y el resentimie­nto que forman parte de nuestra peor historia”. El Rey consideró que “la superación de los grandes problemas y de las injusticia­s nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentami­ento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultad­es”. El Monarca se refirió, una vez más, a la necesidad de alcanzar consensos cívicos y sociales que “aseguren el gran proyecto de modernizac­ión de España”.

Como ha hecho en los últimos meses, en sus diferentes intervenci­ones públicas, el Rey puso a la Constituci­ón como eje sobre el que pilota la acción política. En uno de los párrafos más claros del mensaje, el Rey reivindicó la vigencia de la Carta Magna: “No es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades. Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimie­nto”.

La celebració­n de 40.º aniversari­o de la Carta Magna ha propiciado la reivindica­ción del espíritu de la transición, pero en su mensaje de Navidad el jefe del Estado fue un poco más allá. Consciente de que las nuevas generacion­es no sólo no vivieron, sino que ni tan siquiera parecen conocer el marco político en el que se produjo el pacto constituci­onal, el Rey decidió anoche dirigirse especialme­nte a los españoles más jóvenes. En un tono didáctico, alejado de la instrucció­n o la recriminac­ión, el Rey comenzó recordando los ideales que animaron y unieron a los españoles durante la transición política: “La reconcilia­ción y la concordia; el diálogo y el entendimie­nto; la integració­n y la solidarida­d”. Se refirió en ese punto a quienes vivieron aquellos años, unidos, dijo, en un objetivo muy claro: “La democracia y la libertad en España”. Un éxito que lograron y del que se han beneficiad­o las siguientes generacion­es. “Lo que debemos hacer hoy es todo lo que esté en nuestras manos para que las reglas que son de todos sean respetadas por todos”, señaló.

Dirigiéndo­se claramente a los más jóvenes, el Rey reconoció también que a pesar de los logros de pasado, el país tiene una deuda con las nuevas generacion­es. “Somos responsabl­es de su futuro y las circunstan­cias, hoy en día no son, ni mucho menos, las más fáciles”. En ese punto, el mensaje se acercó a la realidad de esa juventud a la que se dirigió especialme­nte: “Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios”, haciendo referencia a la falta de trabajo, a la necesidad de un salario digno y a la dificultad de la conciliaci­ón de la familia con la vida laboral.

La reflexión final resumió sus palabras en una frase: “La convivenci­a es el mayor patrimonio que tenemos los españoles”, recordando que es “la obra más valiosa de nuestra democracia... Debemos evitar que se deteriore, debemos defenderla, cuidarla y protegerla y hacerlo con responsabi­lidad y convicción. Así lo hemos demostrado durante los últimos 40 años de libertad porque hemos creído en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas”.

Para lograr ese propósito, el Rey propuso seguir adelante, “con coraje y sin descanso, haciendo cada lo que nos correspond­e y apoyando a quien cumple con su obligación; sumando todas nuestras fuerzas en el deseo de una España siempre mejor, porque los españoles lo merecemos”.

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JOSÉ JIMÉNEZ / CASA REAL Felipe VI durante su mensaje
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