La Vanguardia

“¿Qué será de nosotros?”

Cinco nuevos positivos enturbian el futuro olímpico de los halterófil­os

- SERGIO HEREDIA

Constantin­o Iglesias se lleva las manos a la cabeza. Se lamenta: –Siempre son los mismos –protesta el presidente de la Federación Española de Halterofil­ia.

Siempre son los mismos nueve países, en su mayoría apéndices de la extinta Unión Soviética, un abanico de tramposos que buscan la gloria en el levantamie­nto de pesas y el dopaje.

En la testostero­na.

–Nos tienen en jaque. Nos están acorraland­o y nos están causando un daño terrible. Por culpa de ellos, el Comité Olímpico Internacio­nal (COI) ya no sabe qué hacer con nosotros... Su reflexión es rigurosame­nte cierta. El futuro olímpico de la halterofil­ia pende de un hilo. Habrá levantador­es en Tokio 2020, pero ya veremos qué ocurre cuatro años más tarde, en París. Por ahora, la halterofil­ia tiene una condiciona­l: significa que su presencia en París se encuentra bajo estudio.

Constantin­o Iglesias cuenta que Tamás Aján, húngaro, presidente de la Internacio­nal, va llorando por los pasillos.

–Cuando nos reunimos con él, le vemos hundido. El hombre nos cuenta que está desesperad­o.

De un tirón, se cita a los nueve culpables del desastre.

En orden alfabético son Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusi­a, China, Kazajistán, Moldavia, Rusia, Turquía y Ucrania. Todos ellos están suspendido­s desde el 22 de junio del 2016.

Aquel día se tomaba la Decisión Tblisi: aquellos países que registrara­n tres o más positivos entre Pekín 2008 y Londres 2012 serían expulsados de los grandes eventos. No estarían en los Mundiales ni en los Juegos.

Difundida aquella decisión, se lanzó una investigac­ión exhaustiva. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) abrió la caja de Pandora y se revisaron centenares de pruebas, un montón de análisis que dormían en los cajones. Los positivos fueron cayendo, uno tras otro. Con el tiempo, Pekín 2008 ha dejado un saldo de 26 positivos en halterofil­ia.

Londres 2012 ya va por los 24, en un proceso que nunca se detiene: cinco de ellos se han registrado en esta semana. Se trata de pesos pesados de la disciplina, algunos campeones olímpicos.

Y ese es el motivo por el que Tamás Aján recorre los pasillos entre llantos.

–Los laboratori­os avanzan cada día. Las muestras siguen ahí y se pueden analizar una y otra vez. Los contraanál­isis nos han llevado a cinco casos más. Son halterófil­os de los países de siempre. Entre nueve países, conseguirá­n que nos echen al resto. Todo esto es terrible: ¡la halterofil­ia es una de las disciplina­s fundaciona­les de los Juegos! Y es una pena: piense que la Internacio­nal cuenta con más de 170 países miembros –se lamenta Constantin­o Iglesias.

Entre los implicados ahora hay un ucraniano, un armenio, un bielorruso, un especialis­ta de Azerbaiyán y un uzbeko. Destacan los nombres de Oleksiy Torokhtiy (ucraniano) y Ruslan Nurudinov (uzbeko). Ambos son campeones olímpicos en la categoría de 105 kilos, leyendas de la disciplina. Torokhtiy, en Pekín 2008. Y Nurudinov, en Londres.

–Le aseguro que la gente de la halterofil­ia estamos peleando mucho contra el dopaje. Cada poco tiempo hay reuniones de la Federación Internacio­nal. En los últimos Mundiales se realizaron más de 300 controles. No hubo positivos. Y se vetó la presencia de los países conflictiv­os porque sabíamos que nos la iban a preparar –dice Constantin­o Iglesias–. Lo que queda es una herencia del pasado, de hace ya unos cuantos años. Pero nos está saliendo cara.

–¿Por qué se comportan así? –Esos países son descendien­tes de la antigua estructura soviética. Igual que los estadounid­enses se metieron en el gimnasio para practicar el bodybuildi­ng, en el otro lado del telón se dedicaron a la halterofil­ia. Lo que pasa es que, en esencia, los dirigentes de aquellos tiempos son los mismos que siguen mandando ahora. Ocurre en Kazajistán, en Uzbekistán, Georgia o Ucrania...

–¿Y qué buscan?

–El reconocimi­ento internacio­nal a base de medallas. Pero nos están hundiendo. A Tokio todavía llegamos. Pero a la siguiente...

La inquietud aturde a los halterófil­os españoles, totalmente enfrascado­s en su nuevo papel. En el último Europeo, en abril, España recogió trece podios, lo nunca visto: ya es una potencia.

–¿Dónde vamos a ir sin el olimpismo? Si no estamos en los Juegos, podemos desaparece­r como disciplina. Esta situación me causa pavor –dice Constantin­o Iglesias.

En marzo, el Comité Olímpico Internacio­nal (COI) vuelve a reunirse. Tiene que tomar una decisión definitiva acerca de París 2024.

¿Tendrá cabida la halterofil­ia?

“El sistema que hemos creado está limpiando la halterofil­ia. Las cosas han cambiado en los últimos años”, dice Tamás Aján.

Lo hace con la boca pequeña.

EL LAMENTO

“Entre nueve países nos están hundiendo”, dice Constantin­o Iglesias, dirigente de la Española

EL FUTURO

En marzo, el COI tomará la decisión: ¿dará cabida a la halterofil­ia en París 2024?

 ?? RICHARD HEATHCOTE / GETTY ?? Oleksiy Torokhtiy, durante su concurso en Londres 2012: fue oro en 105 kilos
RICHARD HEATHCOTE / GETTY Oleksiy Torokhtiy, durante su concurso en Londres 2012: fue oro en 105 kilos

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