Vox redobla sus exigencias y aleja el pacto andaluz
El PP califica las nuevas demandas de “inaceptables” tras reunirse con los ultras El partido de Abascal exige ahora expulsar a 52.000 inmigrantes
La investidura de Juan Manuel Moreno como presidente de la Junta de Andalucía pasa por su peor momento desde que el 2 de diciembre las elecciones dieron una mayoría a la derecha frente a la izquierda. La reunión en la que debería haberse producido no ya un acuerdo total pero al menos una aproximación que permitiera la elección de Juan Manuel Moreno Bonilla, el candidato del PP, la semana que viene, acabó como el rosario de la aurora, con reproches y sin ninguna aproximación después de seis horas. La partida parece que regresa a la casilla de salida.
Vox pretendía una cita a tres, es decir con PP y Ciudadanos. Pero como estaba anunciado, a la reunión no acudió ningún representante del partido de Albert Rivera. Del PP asistieron su secretario general, Teodoro García Egea; el secretario de organización, Javier Maroto, y la portavoz en Andalucía, Marta González.
El número dos de Vox, Javier Orideológicas tega Smith, se presentó al encuentro con un documento de 19 puntos para dar su apoyo a la investidura de Moreno Bonilla. El PP calificó estas propuestas de provocación del partido de extrema derecha, con la que trataba de ponerles a prueba.
Y la respuesta del PP fue calificar el documento de “inaceptable” antes de que terminara la reunión. El partido de Pablo Casado incluso consideró algunas de las propuestas de Vox un “auténtico despropósito que el PP no puede respaldar” y aseguró que “parece importarle más Vox que los andaluces”. Según el PP, la formación que lidera Santiago Abascal demuestra “que no quiere un acuerdo”. Por eso, los populares mantuvieron el pulso: “Si no cambia su postura, Vox estará desperdiciando una oportunidad histórica para que haya un cambio en Andalucía después de casi 40 años de socialismo”.
El documento incluye la exigencia de que se derogue la ley andaluza contra la violencia de género del 2007, la de promoción de la igualdad de género del mismo año y la del 2017 que garantiza los derechos, la igualdad de trato y no discriminación de las personas LGTBI y sus familiares. Y concluye con un aviso: Vox “no prestará su apoyo parlamentario para la implantación, asignación de presupuesto y/o desarrollo de leyes que a su juicio vulneran derechos y libertades”, como ocurre a su juicio con estas tres leyes.
Pero no se queda ahí, sino que pone el listón de las exigencias muy alto. Comienza con la petición de una declaración institucional de la Junta de Andalucía que va mucho más allá de lo que el PP está dispuesto a aceptar en materia autonómica. Vox pide la devolución al Estado de las competencias en educación y en sanidad, mientras que el PP lo que está dispuesto a asumir es un refuerzo del papel del Estado en estos ámbitos.
Las medidas económicas, en cambio, son las más asumibles por los populares. Entre ellas se cuentan la eliminación del impuesto de sucesiones y la reducción del de transmisiones patrimoniales, o el IRPF, e incluso la reducción del gasto público en subvenciones, empresas públicas y lo que la derecha llama, en términos genéricos, “chiringuitos del PSOE”. También la lucha contra la inmigración ilegal o contra el turismo sanitario que plantea Vox. Y una declaración institucional que condene, en palabras de los ultraderechistas, el “discurso de odio y exclusión que algunos líderes políticos y medios mantienen desde las elecciones del 2 de diciembre contra los votantes y representantes de Vox, con especial condena de los ataques, calumnias
La extrema derecha pide anular la ley contra la violencia machista y expulsar a 52.000 simpapeles
y amenazas que se han proferido”.
El resto es, a ojos del PP, un pulso para ver hasta dónde están dispuestos a llegar. Entre otras medidas que superan las competencias andaluzas, Vox pide expulsar a 52.000 inmigrantes en situación irregular y que la Junta garantice que los hijos de andaluces que vivan en otro punto del Estado no sean escolarizados si no quieren en una “lengua regional”, en alusión a la inmersión en Catalunya. También pide Vox que el día de Andalucía pase a ser el 2 de enero “día de la culminación de la reconquista”, es decir de la toma de Granada. O que se acabe lo que Vox describe como “el hostigamiento” a la educación que separa por sexos.
Pese a las diferencias que PP y Vox detectaron desde el inicio de la reunión, las delegaciones de ambos partidos entraron en materia, uno por uno, para abordar todos los puntos.