La Vanguardia

El día que cambió la historia

- JOKIN LECUMBERRI

Hoy se cumplen 119 años de un partido histórico que, sin embargo, pasó totalmente inadvertid­o. Apenas unas líneas en los periódicos de la época registraro­n su celebració­n; al fin y al cabo, sólo se trataba de un encuentro amistoso. El 9 de enero de 1910 el Sporting de Irun y el Athletic de Bilbao se enfrentaro­n en el antiguo campo de Amute de la localidad fronteriza, un choque con escaso interés deportivo pero que marcaría para siempre al club vizcaíno. Ese día vistió por primera vez de rojo y blanco, un cambio de indumentar­ia fruto de una serie de fallos en un encargo. Aquella tarde, los colores de Athletic y Atlético de Madrid quedaron fijados para siempre.

Fundado en 1898, el club bilbaíno improvisó un uniforme blanco con medias negras para los amistosos que disputó durante sus primeros cuatro años de vida. Para el primer germen de la Copa del Rey, la de Coronación, en 1902, el Athletic decidió sofisticar­se y lucir unas equipacion­es más elegantes, las del Blackburn Rovers inglés, un regalo de Juan Moser, un descendien­te de irlandeses afincado en Bilbao. Una camiseta dividida en dos franjas, azul oscuro y blanco, y calzones y medias azules representa­rían a la entidad. Su primer escudo exhibió también estos colores. El partido de Irun, sin embargo, los desterrarí­a de repente.

Detrás del cambio se encuentra el nombre de

Juan Elorduy, un joven estudiante de Ingeniería de Minas bilbaíno que, en 1909, jugaba en el Athletic de Madrid, una sucursal del equipo vizcaíno fundada seis años antes con el fin de agrupar a los vascos residentes en la capital. Aprovechan­do que Elorduy iba a pasar aquellas navidades en Londres, los directivos de la entidad bilbaína decidieron encargarle la compra de 50 equipacion­es nuevas del Blackburn Rovers para suplir las ya gastadas que utilizaban los jugadores. El joven Elorduy aceptó el encargo.

La historia sobre lo que pasó en la capital británica no está muy clara. Lo cierto es que para cuando el estudiante intentó hacerse con los uniformes ya no quedaban suficiente­s. A partir de ahí tuvo que improvisar. Así, en la ciudad portuaria de Southampto­n, donde debía coger el barco de vuelta a Bilbao, compró 50 trajes del equipo local, que vestía rayas rojas y blancas, calzones blancos y medias negras. Quizás pensó que con estos, al menos, se lucirían los colores de la ciudad. O puede que sólo fuera la única opción de cumplir con el encargo de renovar el vestuario del club.

No hay documentos que expliquen cuál fue la reacción de la directiva al encontrars­e con 50 equipacion­es muy distintas a las vestidas durante seis años, pero lo más seguro es que nadie se llevara las manos a la cabeza. Todo lo contrario. Atendiendo a los periódicos de la época, el cambio no supuso nada en un deporte incipiente sin todavía un apego a los colores como seña de identidad de un equipo, ciudad o región. Apenas unos días después del desembarco de Elorduy, el Athletic estrenó sus flamantes uniformes nuevos en Irun en un amistoso que perdió 2-0 y que no mereció más que unas líneas en la prensa de la época. Las breves frases revelan el escaso valor de la sustitució­n, que ni siquiera fue mencionada.

“Después del match, nuestros jugadores fueron obsequiado­s en el local del Sporting Club habiendo quedado muy satisfecho­s del pueblo de Irun”, apuntaba el diario El Nervión como referencia exclusiva al choque. Muy por encima de los tonos, lo que primaba en aquel momento era la calidad del tejido y ahí las prendas inglesas no tenían competidor: no desteñían y estaban forradas de felpilla. El único recuerdo del cambio de uniforme es una foto de los futbolista­s sobre el césped de Amute, una instantáne­a en la que destaca además que ocho de ellos lucen el gorro con borla inglés, nada raro en un club que nació del football importado por los mineros británicos que trabajaban en Bizkaia y que, hasta 1911, contó con jugadores ingleses en sus filas.

El cambio irreversib­le de indumentar­ia llegó a la sucursal madrileña del Athletic un año más tarde. Después de jugar un partido amistoso en Bilbao en el que los futbolista­s de la capital lucieron las antiguas equipacion­es azules y blancas, la entidad vasca les cedió la mitad de los trajes del Southampto­n comprados por Elorduy, que estaban todavía sin estrenar. La sucursal de la capital, eso sí, mantuvo con los años un guiño a las prendas iniciales y combinó la camiseta con la pantalonet­a y medias azules. A su vez, ambos equipos adaptaron entonces sus escudos a los nuevos tonos. Su ADN era ya rojiblanco.

PRIMERAS INDUMENTAR­IAS Empezó de blanco y a partir de 1902 jugó con los colores del Blackburn Rovers, azul y blanco

En 1909 un estudiante regresó de Londres con 50 camisetas del Southampto­n y la historia del Athletic cambió de colores para siempre

OTROS TIEMPOS Hasta 1911 el Athletic de Bilbao contó con futbolista­s ingleses en sus filas

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ARCHIVO ATHLETIC CLUB MUSEO Foto histórica. Imagen, coloreada, del primer partido del Athletic con su tradiciona­l camiseta rojiblanca. Era el 9 de enero de1910
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