La hija de la mujer muerta en Banyoles confiesa el crimen
La joven de 17 años acuchilló a su madre por una discusión
Los Mossos d’Esquadra detuvieron ayer al mediodía en Platja d’Aro a la joven de 17 años responsable de la muerte de su madre, una mujer de 53 años cuyo cuerpo sin vida fue hallado este miércoles por la noche sobre un charco de sangre y con varias puñaladas en su domicilio del centro de Banyoles. La autopsia concluye que murió degollada por un corte en el cuello compatible con el cuchillo de cocina que fue encontrado en el escenario del crimen. La detenida pasará hoy a disposición de la Fiscalía de Menores. Ayer acompañó a los agentes al domicilio familiar para hacer la reconstrucción de los hechos, momento en el que reconoció el crimen, y explicó que estaba enfadada con la madre por una discusión que habían tenido la noche anterior.
Los investigadores seguían el rastro a la hija menor desde que el hijo varón de la víctima, de 29 años, halló el cadáver a los pies de la cama del dormitorio. En el piso, los Mossos también encontraron una nota manuscrita que los agentes atribuyen a la menor en la que la joven reconocería implícitamente la autoría del crimen y en la que parecía despedirse de su familia al asegurar que tenía la intención de quitarse la vida. La nota explicitaba el Puig de Sant Martirià y el Puig Clarà, dos miradores sobre el lago de Banyoles, como posibles escenarios en los que presuntamente la joven tenía la intención de suicidarse. Los Mossos d’Esquadra desplegaron varios efectivos en esas zonas, pero no encontraron rastro de la joven. Fue a poco más de 50 kilómetros de Banyoles, en una segunda residencia que la familia tiene en el municipio costero de Platja d’Aro, adonde la joven huyó.
Algunos vecinos del inmueble en el que residían madre e hija, situado en el número 45-47 de la avenida Països Catalans, apuntaban que el miércoles alrededor de las 9 de la mañana escucharon una fuerte discusión entre las dos mujeres. Posteriormente la hija se fue a teñir el pelo de un tono negro azulado en una céntrica peluquería. “Estaba muy tranquila”, dijo la peluquera, que no notó ninguna actitud extraña en la joven, quien incluso hizo algún comentario sobre la música que sonaba en el local. Otras fuentes vecinales describen sollozos en el domicilio familiar entre las 19 h y las 19.30 h. El mismo día en el que supuestamente se produjo el crimen, se presentó por la mañana en el instituto Josep Brugulat, donde cursaba primero de bachillerato, con gafas oscuras y un buff que le tapaba parte de la cara. Según parece, explicó a sus compañeros que aquella semana no acudiría al centro y que no regresaría hasta la próxima semana porque se iba a ir unos días a Platja d’Aro.
Según algunas fuentes consultadas, las discusiones entre madre e hija eran habituales, básicamente en el interior de la vivienda familiar. Sin embargo, también hay quien asegura haber presenciado enfados subidos de tono en el vestuario donde la joven, que jugaba como portera en el equipo juvenil femenino del Club Handbol Banyoles, se cambiaba tras los partidos. La madre se preocupaba por la salud de su hija, que en los últimos tiempos había empezado a fumar marihuana, según apuntaban ayer algunas fuentes cercanas.
La joven, que tiene en su historial clínico problemas mentales que la llevaron a estar ingresada varias veces, entre otras cosas por un intento de suicidio, fue adoptada en Rusia por una pareja de Banyoles siendo un bebé. Entonces el matrimonio, ahora ya separado, tenía otro hijo biológico de unos 10 años. La víctima y madre de la joven había trabajado como enfermera, pero actualmente se ganaba la vida cuidando ancianos. Los que la conocían la definen como una mujer “muy resuelta, enérgica, trabajadora, dulce y deportista”.
Las discusiones entre madre e hija dentro de la vivienda eran frecuentes, y la joven sufría problemas mentales