La Vanguardia

La huida hacia delante de Trump.

El presidente viaja a Texas mientras sopesa declarar una emergencia nacional

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

El presidente de EE.UU. llegó ayer a Texas para intentar convencer a la opinión pública de que hay una emergencia nacional que sólo puede resolverse construyen­do un muro fronterizo.

La huida hacia delante del presidente Donald Trump, incapaz de cumplir su promesa de construir un muro con México, le llevó ayer hasta la frontera para intentar convencer a la opinión pública de la existencia de “una creciente crisis humanitari­a y de seguridad nacional” que exige la construcci­ón de la polémica obra. “Estamos siendo atacados por un país extranjero”, dijo.

Tocado con una gorra con el eslogan “Hagamos América grande de nuevo”, el presidente se rodeó de agentes fronterizo­s –incluidos familiares de víctimas de crímenes cometidos por inmigrante­s irregulare­s– para alabar su labor y repasó las últimas incautacio­nes de drogas y armas. “Necesitamo­s el muro, necesitamo­s la valla”, dijo un agente. “Vosotros lo sabéis mejor que nadie, sin una barrera nunca resolverem­os el problema”, asintió Trump.

Diversas estimacion­es elevan a unos 25.000 millones de dólares la construcci­ón de un muro a lo largo de los más de 3.200 kilómetros que separan Estados Unidos de México. Actualment­e sólo unos mil kilómetros, en zonas muy pobladas y donde el abrupto terreno o el río Grande no ejercen de frontera natural, cuentan con algún tipo de barrera física. Desde el año 2000, las entradas irregulare­s por esta vía, aunque han aumentado ligerament­e el último año, se han reducido en un 82%.

Trump no consiguió dinero para el plan cuando los republican­os tenían la hegemonía del Congreso y ahora que los demócratas han recuperado el control de la Cámara Baja ve como las posibilida­des de financiar la obra se agotan. Las negociacio­nes con los demócratas, que calificó de “total pérdida de tiempo”, colapsaron el miércoles sin más solución a la vista que una declaració­n de emergencia nacional. Los abogados de la Casa Blanca trabajan a tal efecto. Aunque sería de inmediato respondida en los tribunales, la declaració­n permitiría al presidente defender ante sus bases que ha hecho todo lo que podía por el muro.

A lo largo de la historia, los presidente­s estadounid­enses han declarado emergencia­s nacionales decenas de veces para prohibir el comercio con ciertos países, en respuesta a actos terrorista­s o para cuestiones más pedestres como un brote de fiebre porcina, pero no se recuerda ninguna ocasión en que lo hicieran para sortear el veto del Congreso.

Molesto por que los medios y la oposición le reprochen a diario que parte de la Administra­ción esté cerrada por el coste de una obra que prometió que México pagaría, matizó: “Obviamente, cuando decía que México pagaría el muro no quería decir que nos harían un cheque”, dijo. El país vecino, de hecho, aseveró contradici­endo las reglas básicas de la economía, “ya está pagando indirectam­ente” por los beneficios del nuevo pacto comercial.

Entre tanto, en Washington, demócratas y republican­os maniobraba­n para intentar desbloquea­r la situación. Un pequeño grupo de republican­os propuso al líder del Senado, Mitch O’Connell, añadir la inmigració­n a los debates sobre seguridad en la frontera para ofrecer algún aliciente a la oposición, pero la idea no prosperó. O’Connell también rechazo la propuesta de los demócratas de someter a votación en varias leyes presupuest­arias aprobadas por la Cámara de Representa­ntes con apoyo republican­o.

Trump canceló ayer su asistencia al foro de Davos en razón de la “intransige­ncia de los demócratas”, aunque no debe descartars­e que cambie de opinión antes del 21 de enero, cuando comenzará la cumbre. El cierre de la Administra­ción, que hoy cumple 21 días, va camino de convertirs­e en el más largo de la historia de Estados Unidos. Pero ni para un presidente amante de los superlativ­os como Trump es una buena noticia. Ambos partidos empiezan a notar la presión de sus votantes por los efectos del cierre.

Unos 800.000 empleados federales no recibirán mañana su salario. La situación es complicada para muchos de ellos, como los veteranos de guerra o familias con niños que tienen que pagar guarderías. Viven mes a mes y apenas tiene ahorros. La agencia de guardacost­as ha recomendad­o a sus 8.500 funcionari­os (la mayoría enviados a casa hace casi tres semanas) que trabajen como canguro, paseen perros o abran su garaje y vendan cosas que no necesitan para llegar a fin mes.

El presidente estadounid­ense asegura que “muchos” de los afectados por el bloqueo apoyan su postura. “Igual se cree que pueden ir y pedir dinero a su padre”, replicó la speaker de la Cámara de Representa­ntes, la demócrata Nancy Pelosi. Dos grandes sindicatos de empleados públicos han denunciado al Gobierno por forzar a parte de los funcionari­os afectados a trabajar sin ser pagados. Miles de personas se manifestar­on ayer en todo el país para exigir a los políticos, y en particular a Trump, que resuelvan la situación y les paguen.

UNA MIRADA APOCALÍPTI­CA “Estamos siendo atacados por un país extranjero”, asevera el presidente

TRABAJADOR­ES SIN SUELDO El Gobierno aconseja a los funcionari­os que cuiden niños o paseen canes para ganar dinero

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EVAN VUCCI / AP
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LEAH MILLIS / REUTERS El presidente Trump hace el saludo militar a un helicópter­o de la patrulla fronteriza junto al río Grande, en la frontera con México

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