Tshisekedi gana las presidenciales de Congo entre denuncias de fraude
La Iglesia católica, Francia y Bélgica ponen en duda la victoria del opositor
Primero, la sorpresa; después, la suspicacia y la rabia. En las primeras horas del jueves, cuando la mayor parte de la República Democrática de Congo aún dormía, el opositor Félix Tshisekedi, al frente del histórico partido opositor de la República Democrática del Congo, fue nombrado vencedor por sorpresa de las elecciones presidenciales celebradas el pasado 30 de diciembre. Tshisekedi, de 55 años, sucederá a Joseph Kabila, al frente del país africano desde el año 2001 y que no podía presentarse a una tercera reelección, y se convertirá en el primer político de la oposición en ganar unas elecciones desde 1960, cuando el país se independizó de Bélgica.
El asombro por la victoria de Tshisekedi, que según los resultados provisionales de la Comisión Electoral Nacional Independiente logró siete millones de votos (el 38,57%), apenas 700.000 más que el también opositor y favorito en las encuestas Martin Fayulu, se barnizó pronto de dudas. El propio Fayulu fue el más vehemente y calificó el recuento de votos de “fraude” y “golpe electoral”. “Estos resultados –señaló– no tienen nada que ver con la verdad de las urnas”. Fayulu fue más allá, aseguró que nunca aceptará la derrota y pidió a los jóvenes congoleños que “luchen para restablecer la verdad”. La respuesta fue inmediata. En Kikwit, en el oeste del país, dos policías y dos manifestantes murieron ayer en enfrentamientos públicos y diez personas fueron detenidas. En Kisangani, una de las ciudades más importantes del nordeste, la policía usó gases lacrimóce genos para dispersar a la multitud.
Ayer la Iglesia católica puso más sombras sobre la mesa. Según la influyente Conferencia Episcopal Nacional de Congo, las cifras oficiales publicadas contradicen las que recogieron sus 40.000 observadores durante la jornada electoral, en la que se produjeron decenas de irregularidades y problemas técnicos. Aunque ayer no le nombraron directamente, la Iglesia señala a Fayulu como claro vencedor.
La comunidad internacional también puso en duda la mayor. Si el ministro de Exteriores belga Didier Reynders fue prudente –“Tenemos ciertas dudas que debemos verificar”, dijo–, su homólogo francés, Jean-Yves Le Drian, fue más explícito: “Parece que los resultados proclamados no son consistentes con los resultados que hemos visto aquí o allá”, señaló a la cadena de televisión CNews. Le Drian pidió calma para aclarar un desenla- “contrario a lo que se imaginaba, a lo que se había avanzado”.
Una encuesta preelectoral del think tank neoyorquino Congo Research Group daba como vencedor destacado a Fayulu, líder de la coalición de partidos Lamuka, con el doble de votos que Félix Tshisekedi, y más del triple que el candidato de Kabila, Emmanuel Ramazani Shadary, gran perdedor ayer.
La posibilidad de que el desencuentro electoral desencadene una guerra está en la mente de casi todos. Ayer, la Unión Africana, las Naciones Unidas y la Comisión Europea emitieron comunicados en los que coincidían en pedir a todas las partes que colaboren para preservar la paz.
Quizás quien mejor ilustró las suspicacias generales de que el partido de Tshisekedi ha llegado a un acuerdo bajo mano con el bando
Muchos sospechan de un acuerdo entre el ganador y Kabila para proteger los intereses del gobierno saliente
Fayulu, el gran favorito, califica el resultado de “golpe electoral” y llama a la movilización
de Kabila para compartir el poder o proteger los intereses del gobierno saliente fue Kennet Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch. “Es hora de que el mundo le diga con firmeza a Kabila –subrayó– que las elecciones son para permitir que los votantes decidan quién los guiará, no para que el actual gobernante decida qué candidato tiene menos probabilidades de procesarlo por su corrupción masiva”.
Las primeras declaraciones de Tshisekedi no ayudaron a disipar las sospechas. Aunque aseguró que será el presidente de “todos los congoleños”, también añadió en su primera comparecencia pública que quería “rendir homenaje al presidente Joseph Kabila. Hoy no le debemos considerar como un adversario sino como un socio de la alternancia democrática de nuestro país”.