Recuerdos de infancia
En relación con el obituario del profesor Josep Maria Domènech Mateu (“Maestro de anatomistas”, 9/I/2019), fallecido hace unos días, recuerdo que en el Instituto de E.M. de Tarragona el verano de 1953 nos examinamos de ingreso de bachillerato. Pepón, como le llamábamos, sacó un sobresaliente y yo, una matrícula de honor, la única en mi carrera estudiantil; en cambio él, como comenta el profesor Sañudo en el obituario, tuvo matrículas en todas las asignaturas de Medicina.
Tropezamos juntos en nuestro examen de reválida de cuarto. Yo por holgazán, él porque los catedráticos tarraconenses no podían descifrar su letra, ya entonces de médico. Los años que estuvimos en el colegio tuvimos muy buena relación. Frecuentaba su casa y recuerdo una de las bicicletas de color azul que, generosamente, Pepón compartía conmigo. Después su padre le compró un poni, que disfrutábamos los amigos en su masía a las afueras de Valls. Nunca vi a Pepón jugar en los recreos a fútbol u otro deporte. Él se anudaba la bata de rayas al cuello como si fuera una capa y venga a perseguir piratas y tesoros. A veces en su casa improvisaba un altar y oficiaba misa mientras yo actuaba de monaguillo y me bebía el vino con gran enfado por su parte. Recuerdos para mí entrañables.
Después, ya todo fue medicina e investigación, como explica el doctor Sañudo. Descansa en paz, amigo Pepón.
JUAN PRADOS TIZÓN Barcelona