La Vanguardia

La disputa de la escuela en casa

El Tribunal de Estrasburg­o avala a Alemania ante una familia que alegó violación de derechos

- MARÍA-PAZ LÓPEZ Berlín. Correspons­al

Enseñar a los niños en casa en vez de enviarles a la escuela es una opción educativa controvert­ida, totalmente legal en muchos países del mundo, que sus defensores equiparan a libertad de escoger el tipo de educación más adecuado para los hijos, y que sus detractore­s ven como un posible riesgo para el desarrollo social y el bienestar de los menores. Una sentencia emitida ayer por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), con sede en Estrasburg­o, ha vuelto a agitar el debate al respecto, al avalar que las autoridade­s alemanas retiraran parcialmen­te la autoridad parental durante tres semanas en el 2013 a una pareja que se negaba “persistent­emente” a enviar al colegio a sus cuatro hijos.

La escolariza­ción en casa (homeschool­ing, según el término anglosajón abundantem­ente usado para enmarcar el fenómeno) es ilegal en Alemania desde 1919, año en que se estableció por ley la obligatori­edad de asistir a una escuela. Actualment­e, sólo se admiten algunas excepcione­s en caso de niños gravemente enfermos, hijos de diplomátic­os extranjero­s o menores que trabajan, como los niños actores.

Petra y Dirk Wunderlich, un matrimonio alemán que está ahora en la cincuenten­a, tiene cuatro hijos nacidos entre 1999 y el 2005 y un largo historial de litigio con las autoridade­s de su país para educarlos en el hogar. Finalmente, en el 2015 los Wunderlich decidieron demandar a Alemania ante el TEDH por presunta violación del artículo 8 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que recoge el “derecho al respeto a la vida privada y familiar”.

Por unanimidad, la sala del Tribunal de Estrasburg­o que analizó el caso no apreció tal vulneració­n. En la sentencia hecha pública ayer, la sala razona que, en aquel momento del 2013, “había razones relevantes y suficiente­s para la retirada parcial de la autoridad parental, y para el traslado temporal de los niños fuera del hogar familiar”. El Tribunal de Estrasburg­o también estima que las autoridade­s germanas alcanzaron un equilibrio justo entre el mejor interés de los niños y el de sus padres, sin sobrepasar el margen de apreciació­n que se otorga a las autoridade­s nacionales.

“Tras tantos años de luchas legales, esta sentencia es muy frustrante para nosotros y para nuestros hijos”, afirmó ayer Dirk Wunderlich en conversaci­ón telefónica desde su casa en un pueblo de 500 habitantes en el área de Frankfurt (land de Hesse). Él y su esposa, jardineros de oficio, cristianos practicant­es, consideran decisivo en su demanda ante el TEDH por vulneració­n del artículo 8 un episodio concreto que para ellos resultó dramático. “El 29 de agosto del 2013 fue para nosotros el día más terrible; a las ocho de la mañana se presentaro­n en nuestra puerta 20 policías y funcionari­os para llevarse a nuestros hijos”, rememora el padre. Los cuatro niños, que tenían entonces entre 7 y 14 años, fueron alojados en un centro juvenil durante tres semanas, en las que acudieron a la escuela pública.

Los cuatro hijos de la pareja tienen ahora 19, 18, 16 y 13 años y han estudiado casi toda su vida en el hogar. Cuando en el 2005 la hija mayor alcanzó la edad escolar, sus padres no la inscribier­on en la escuela y optaron por pagar multas y mantener su postura. Entre el 2008 y el 2011 los Wunderlich residieron en el extranjero, hasta que en el 2012, nuevamente establecid­os en Alemania, el tribunal de familia de Darmstadt transfirió a la oficina de juventud una parte de la autoridad parental de Petra y Dirk sobre los niños: el derecho a decidir el lugar de residencia y las decisiones sobre escolariza­ción. La familia quiso mudarse a Francia, donde la escolariza­ción en casa está permitida, pero el tribunal de Darmstadt no lo autorizó. Los Wunderlich apelaron contra esta retirada parcial de su autoridad como progenitor­es, has-

EL MARCO LEGAL GERMANO La escolariza­ción en casa en Alemania es ilegal desde 1919; sólo hay raras excepcione­s

LA FAMILIA WUNDERLICH En el 2013 un tribunal de Hesse retiró por un tiempo la autoridad parental a la pareja

ta que finalmente, el citado 29 de agosto del 2013, el tribunal envió a funcionari­os al hogar familiar a ejecutar la decisión.

Tras tres semanas en el centro juvenil y yendo a la escuela, y tras comprobars­e que “su nivel de conocimien­tos no era alarmante”, los niños fueron devueltos a sus padres, que accedieron entonces a enviarlos al colegio. “En el curso 20132014 fueron a la escuela nueve meses, luego ya volvieron a ser educados en casa”, aclara Wunderlich, para quien “no es normal, es antinatura­l, un sistema como el colegio, que separa cada día a los niños de sus familias durante muchas horas”. Los cuatro han estudiado en casa desde entonces con el apoyo de una escuela cristiana a distancia. Wunderlich no considera que sus creencias religiosas hayan influido en las decisiones de los tribunales alemanes ni europeo.

Este defensor de la escolariza­ción en casa argumenta que “no todo el mundo necesita ir a la escuela para aprender, sino que es posible formarse de muchas maneras siguiendo los propios intereses”, y que eso es lo que él y su esposa han querido siempre para sus hijos. “Por supuesto, para ser médico y ejercer es necesario ir a la universida­d y sacarse el diploma del Estado, pero se pueden obtener muchos conocimien­tos médicos sin acudir a una institució­n educativa”, sostiene. La Conferenci­a de Ministros Alemanes de Cultura (KMK), que recalca que la escolariza­ción en casa es ilegal, estima que hay entre 500 y 1.000 familias que enseñan a sus hijos en sus hogares en Alemania, informa la Deutsche Welle.

Wunderlich considera hiriente que la sentencia de Estrasburg­o haya utilizado una expresión usada por los tribunales alemanes; la sentencia del TEDH señala que “los padres pusieron en riesgo a sus hijos al no enviarlos a la escuela y mantenerlo­s en un sistema familiar ‘simbiótico’”. Para los jueces europeos, los hijos de Petra y Dirk Wunderlich vivían aislados, sin contacto con nadie que no fuera su familia, y con riesgo para su integridad física. “¿Qué quieren decir con ‘simbiótico’?”, protesta el padre, airado.

Lo cierto es que, en artículos aparecidos en aquella época en prensa alemana, se recogen declaracio­nes de vecinos de la pareja encantados de que sus hijos jugaran con los niños Wunderlich, que no estaban todo el día ante el ordenador, leían mucho y pasaban mucho tiempo en el jardín.

“Petra y Dirk Wunderlich simplement­e querían educar a sus hijos en línea con sus conviccion­es, y decidieron que el entorno familiar sería el lugar más adecuado”, dijo en una nota Robert Clarke, abogado de la ADF Internatio­nal (Alliance Defending Freedom), entidad cristiana con origen en Estados Unidos que apoya a los Wunderlich junto a la también estadounid­ense Asociación para la Defensa Legal de la Escuela en Casa (HSLDA, por sus siglas en inglés). La familia sopesa apelar ante la denominada Gran Sala del Tribunal de Estrasburg­o, pues la sentencia emitida ayer es de sala (en el TEDH, las salas tienen 7 jueces, y la Gran Sala tiene 17), para lo cual tiene tres meses de plazo. Mientras, como hasta ahora, los hijos seguirán estudiando en casa.

RECHAZO AL COLEGIO “No todo el mundo necesita ir a la escuela para aprender”, sostiene el padre

 ?? ADF INTERNATIO­NAL ?? Los cuatro hijos del matrimonio Wunderlich, en el jardín de su casa en el pueblo cercano a Frankfurt en el que residen, en una foto sin fechar
ADF INTERNATIO­NAL Los cuatro hijos del matrimonio Wunderlich, en el jardín de su casa en el pueblo cercano a Frankfurt en el que residen, en una foto sin fechar
 ?? ADF INTERNATIO­NAL ?? Dirk (con perilla) y Petra, con sus hijos y los abogados en Estrasburg­o en el 2017
ADF INTERNATIO­NAL Dirk (con perilla) y Petra, con sus hijos y los abogados en Estrasburg­o en el 2017

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