Un ‘Full monty’ en la piscina
Natación sincronizada masculina como terapia para cuarentones en ‘El gran baño’
La organización de algún evento inusual que implique un reto cuya superación sirva de catarsis y además divierta al personal es un clásico del cine desde que, hace 21 años, Peter Cattaneo y sus obreros en apuros se lanzaron al striptease, con un éxito espectacular, en Full monty. La película inauguró una nueva fórmula de comedia y cachondeo que otros explotaron en años siguientes hasta la extenuación. En esa línea, pero con su propia originalidad y frescura en la idea, el francés Gilles Lellouche estrena hoy en España El gran baño, donde lo que une y salva a los protagonistas es, atención, ¡un equipo de natación sincronizada masculina!
El fracaso y la frustración, con depresión del frustrado o con autoengaño, es lo que une a los desgarbados cuarentones de la cinta de Lellouch y los anima a sumergirse en su peculiar aventura. Con unos ingredientes que el director y el guionista, Ahmed Hamidi, tuvieron claros desde el principio.
La idea surgió cuando el realizador, que andaba dando vueltas a una posible comedia sobre los baches propios de los varones de su edad, vio un documental del programa Arte dedicado a un sorprendente equipo masculino de natación sincronizada en Suecia. “Me dije: ‘Esto es lo que buscaba!”. Porque, siendo el deporte en cuestión algo raro y “cursi” para un grupo de hombres –por tanto con posibilidades cómicas–, se trataba al mismo tiempo de la actividad más colectiva que uno podía imaginar. Pues ahí “el más mínimo gesto fuera de tiempo y coordinación resulta fatal”.
Bajo dirección de dos entrenadoras que aportan unos mínima de disciplina y sensatez al grupo, los nadadores se apuntan al campeonato mundial de la disciplina. “Queríamos que ganaran, claro, pero con una victoria de la que nadie hablaría, lejos de las que se celebran bajo el Arco del Triunfo”. Así, la mayor recompensa que los protagonistas obtienen es la de sentirse orgullosos de luchar por aquello que se proponen, lo cual les permite levantar la cabeza en sus vidas. Y el mayor reconocimiento, el de las mujeres que les sonríen con gesto de complicidad “porque ellas han pasado por lo mismo”, señala Hamidi.
El gran baño, con actores tan populares en Francia y Bélgica como Guillaume Canet, Mathieu Amalric y Benoît Poelvoorde, llega a España tras vender allí más de cuatro millones de entradas.