Pesic bate a Pitino
Con un gran Heurtel el Barcelona suma ante el Panathinaikos su quinta victoria seguida
Con un enorme Heurtel el Barça consiguió anoche su quinta victoria consecutiva en la Euroliga. El Palau disfrutó del notable momento de los suyos, que batieron al Panathinaikos y apuntalaron su posición en la clasificación, cada vez más consolidados. Svetislav Pesic, en los últimos segundos, se giró hacia la grada y comenzó a aplaudir, feliz. Dos mundos se daban cita anoche en el Blaugrana. A un lado del tablero Rick Pitino, de 66 años, que es, o al menos era, una eminencia del baloncesto estadounidense. En el otro Pesic, de 69 años, un clásico del baloncesto europeo. Entre los dos suman 84 temporadas en los banquillos. El uno sentando cátedra en EE.UU, especialmente en su vertiente universitaria. El otro aplicando los métodos de la escuela balcánica y diciendo que la NBA no es baloncesto.
Pitino está en Europa llevando las riendas del Panathianikos tras haber cosechado dos títulos universitarios (NCAA) y haber entrenado a los Knicks y los Celtics porque ha caído en desgracia en su país. ¿La razón? La gran trama de corrupción que se destapó alrededor de la NCAA y en la que salió a la luz que el entrenador participaba en sobornos ilegales para reclutar a jóvenes jugadores, con celebración de fiestas con prostitutas incluidas. Ahora ha sido reclamado por el Panathianikos como sustituto de Xavi Pascual y al frente del equipo griego suma en la Euroliga 2 victorias y 2 derrotas. Anoche Pesic, el viejo zorro que no pierde oportunidad para despotricar del baloncesto que se hace al otro lado del Atlántico, impulsó a su equipo.
Fue un partido en el que el conjunto de Pitino, que apareció por el Palau con un porte que podría haber sido sacado de La hoguera de
las vanidades, arrancó mejor. Pero tras el 0-6 inicial Heurtel cogió la moto y tiró de puntería. El base francés anotó sus cinco primeros tiros, llegó al descanso con 14 puntos, y ofreció un recital de fundamentos. Bajo su mando el Barcelona fue por delante casi siempre hasta el entreacto. Primero con distancias cortas y después con una diferencia que llegó a ser de nueve (23-14). Heurtel le estaba ganando la partida a un cerebro como Calathes y después se sumaron para aguijonear el aro griego Séraphin y Kuric, que el jueves cenó con Pitino, para quien jugó en la liga universitaria.
Se divertía el Palau y se desgañitaba el entrenador estadounidense, que pedía más movilidad en ataque a los suyos. El técnico, que celebraba o se quejaba mucho en función del momento del encuentro, ha criticado la preparación física del Panathinaikos y tiene razón en que fueron de más a menos bajo los aros. Cuando les quedaba gasolina capturaron rebotes de ataque y con esas segundas oportunidades y con la buena mano de Papapetrou (10 puntos al entreacto) el Panathinaikos niveló el encuentro (37-36).
El Barça no había aprovechado su primer tirón y le tocaba volver a remar a los de Pesic, que trataba de mantener la calma en la partida de ajedrez con el técnico rival. Tampoco pudo el Barcelona rentabilizar su segunda aceleración, esa que le llevó a protagonizar un parcial de 14-0 y a ponerse 53-42. Tres triples seguidos (Ribas, Claver, Singleton) justo cuando mejor estaba defendiendo el Panathinaikos encendieron al público blaugrana pero a continuación el marcador volvió a apretarse gracias al acierto de Papapetrou, Mitoglou y Lekavicius (56-56).
En el tramo final los barcelonistas fueron más equipo. Porque aparecieron Kuric, Tomic o Hanga para secundar la dirección de Heurtel o el trabajo de un Séraphin poderoso. El 72-65 ya sería irreversible y Heurtel sentenció con otro triple. El Barça también le quitó al Panathinaikos, que le había ganado de seis en Atenas, el average. Pesic había podido con Pitino. La escuela europea, con la americana.