Eludiendo la corrupción
El líder popular afirma que en el pacto con Cs y Vox no hay nada humillante
Pablo Casado ha dado su apoyo al PP valenciano pasando de lado por el recuerdo de los casos de corrupción.
Pablo Casado se ha desprendido de los complejos que atenazaban al PP cuando se hablaba de corrupción y ya es capaz hasta de reivindicar la gestión de su partido en la Comunidad Valenciana, a pesar de los escándalos que han afectado a alcaldes y presidentes autonómicos. Ayer Casado hasta llegó a hablar de “campañas muy bien orquestadas”, en aquella época, contra su partido.
Con la autoridad que le da no haber tenido ninguna vinculación con aquella etapa, y con la necesidad de que esta comunidad aporte, en votos, lo que antes era su contribución a los triunfos del PP, Casado abrió la precampaña electoral en València –donde ayer presentó a sus candidatos– revindicando la gestión del PP “a pesar de las sombras”. Con ese eufemismo se refirió a los casos de corrupción.
Reivindicó al PP y a sus dirigentes. En concreto citó a Eduardo Zaplana, para quien pidió “humanidad en su trato penitenciario”, a Francisco Camps, y a Alberto Fabra, los tres presidentes autonómicos del PP, los dos primeros imputados en casos de corrupción.
“Estoy orgulloso del PP valenciano. De sus luces, pero también tenemos que asumir y mirar hacia adelante a pesar de sus sombras”, manifestó Casado durante el acto de presentación de los candidatos a las elecciones municipales y autonómicas de mayo.
Casado reivindicó las infraestructuras aeroportuarias que se hicieron en Valencia durante los gobiernos del Partido Popular, como la autovía que une Madrid y València y el AVE. Afirmó que Valencia se veía como otra comunidad autónoma más, y el PP la convirtió “en una de las regiones más pujantes de la Unión Europea”.
No negó la corrupción: “Si alguien ha hecho mal, vivimos en un Estado de derecho y no somos nosotros los que tenemos que juzgarlo, pero sí podemos juzgar lo que se ha hecho bien”, e insistió en ello: las infraestructuras, la gestión económica, las políticas fiscales. “Eso no nos lo va a tapar nadie”. Y comparó esa gestión con la de otros, “que tienen posibles casos de corrupción, pero que no han dejado ninguna buena gestión”. Casado quiere mirar al futuro con su compromiso “tolerancia cero” respecto al pasado “y un control exhaustivo en el futuro”.
El presidente de los populares también reivindicó la memoria de la difunta Rita Barberá, a pesar de que su familia ha criticado el “miserable uso electoralista” que, a su juicio, hace el PP valenciano y le ha reprochado “que ahora ponga en valor una trayectoria política flagrantemente ignorada durante los últimos años”.
Una crítica de la que Casado se defendió, sin referirse a ella, para echar la culpa de lo sucedido –de que Barberá fuera obligada a dejar el PP y su escaño en el Senado– no a la voluntad del PP, sino a las exigencias de Ciudadanos. Se remontó a las negociaciones con Ciudadanos para formar gobierno en 2015-2016, “con peticiones humillantes” que el PP se vio obligado a aceptar “por el gobierno y por la estabilidad de España”. Por eso ahora quiere reivindicarla, subrayando que pusiera al PP, a Valencia y a España por encima de sus intereses.
El jefe de la oposición aprovechó sus reflexiones para comparar esas condiciones “humillantes” que le impuso Ciudadanos con el pacto que el PP ha firmado ahora en Andalucía, por una parte con Ciudadanos y por otra con Vox.
Para justificar esos acuerdos, Casado retó a los que los critican “que encuentren una sola medida que vaya contra el ideario del PP”, porque el pacto se ha hecho, indicó el presidente popular, “sin renunciar a nada de lo que cree el PP”. De hecho, aseguró Casado, el 80% de las medidas acordadas ya las aplica el PP en otras comunidades autónomas, o están en el programa con el que su formación concurrió a las elecciones de hace cuatro años.
El jefe de la oposición pide “humanidad en el trato penitenciario” al expresidente valenciano Zaplana