La Vanguardia

Los primeros síntomas del Brexit

Desde que se celebró el referéndum, la economía británica no se ha hundido pero presenta sus primeras debilidade­s

- BLANCA GISPERT

Aquel San Juan del 2016 el Reino Unido tenía que venirse abajo en cuestión de días. Los británicos habían decidido salir de la UE y todo el mundo se temía lo peor: una profunda recesión económica que hundiría el Reino Unido en la miseria. Dos años y medio después, a punto de materializ­arse el Brexit, los datos demuestran que no había para tanto. La quinta economía del mundo ha sorteado presiones e incertidum­bres aunque algunos sectores empiezan a mostrar síntomas de debilidad.

La vida sigue igual

En la práctica, nada ha cambiado durante estos dos años. Las reglas comerciale­s y financiera­s se han mantenido intactas, aunque la incertidum­bre se ha apoderado de todas las decisiones. El comportami­ento de la economía del Reino Unido ha sido un reflejo de ello, comenta Elsa Leromain, investigad­ora en la London School of Economics especializ­ada en los efectos del Brexit. Los datos muestran cómo la economía se ha expandido estos dos años, aunque a un ritmo inferior que antes de la votación (crecía a más del 2%). En el 2016, el PIB aumentó el 1,8% y en el 2017, el 1,7%. Este año, los analistas prevén unos resultados en positivo pero peores.

El mercado laboral, como un tiro

El Reino Unido no registraba una tasa de paro tan baja desde la década de los setenta. Sólo el 4% de la población activa no trabaja, un porcentaje que ha caído un punto desde el referéndum. Las cifras son “sorprenden­temente buenas”, reconoce Howard Archer, director de análisis económico de EY ITEM Club, una organizaci­ón especializ­ada en prediccion­es económicas en el Reino Unido. Además, las cifras son aun mejores si se tiene en cuenta que la mayoría de empleos que se han creado son de larga duración. “Los resultados responden a la buena marcha de la economía y a la apuesta de contratar más personal para aumentar la producción propia, en lugar de invertir en investigac­ión e innovación”, explica Archer. Pero Leromain se muestra más escéptica con estos resultados porque, señala, muchos de estos nuevos empleos son precarios.

Caída de las inversione­s

Con un escenario de expansión y pleno empleo, la frenada de la inversión de las empresas británicas es un indicador clave que demuestra cómo la incertidum­bre ha afectado al tejido empresaria­l británico. Las inversione­s de los tres primeros trimestres del 2018 registraro­n caídas consecutiv­as (no sucedía desde la crisis) y en global, desde el referéndum hasta ahora, la inversión ha crecido apenas un 2%. Según Archer, esta cautela inversora perjudicar­á a la productivi­dad e innovación de las compañías británicas.

Fuga de capitales

Un informe hecho público esta semana por la consultora EY, afirma que los principale­s bancos y compañías financiera­s ya han trasladado al continente activos por un valor de al menos 900.000 millones de euros. Además, el informe asegura que muchas de las grandes compañías han abierto sedes en la UE (Dublín, Luxemburgo, París) y creado alrededor de 2.000 empleos en la UE para protegerse de la volatilida­d y la incerteza. Bancos como el Deutsche Bank, Goldman Sachs o Citi ya han trasladado partes de su negocio fuera del Reino Unido.

Llega menos gente...

Con la incertidum­bre en torno al trato que recibirán los extranjero­s que viven en el Reino Unido cuando se materialic­e el Brexit, no sorprende que las llegadas de migrantes hayan caído desde el día de la votación. Sin embargo, los datos demuestran que siguen llegando más personas al Reino Unido de las que se van. Y que parte de ello es gracias a los ciudadanos extracomun­itarios, que especialme­nte en el 2018 desembarca­ron en el archipiéla­go sin pensar demasiado en los escenarios post-Brexit. Los temores que han invadido la UE no han traspasado fronteras.

...Y menos talento

Si el Reino Unido es la segunda economía de Europa es gracias al talento que ha generado y logrado captar del continente. La inquietud que ha generado el Brexit también ha mermado la llegada de estudiante­s comunitari­os a las universida­des británicas. Según el grupo Russell (formado por 24 centros de referencia, entre ellas Cambridge y Oxford) la cifra de estudiante­s de la UE que se han matriculad­o en el curso 2018-19 ha crecido apenas el 1% respecto al curso anterior mientras que las matrículas de posgrado han caído el 5% y los posgrados de investigac­ión el 9%.

La libra está débil

Una de las principale­s víctimas del Brexit ha sido la libra. Sobrevalor­ada antes del referéndum, se desplomó de golpe en los días siguientes y no se ha recuperado desde entonces por las dudas sobre la futura relación comercial del Reino Unido con la UE. Pero la incertidum­bre política no tiene por qué ser mala para todo el mundo. “Esta caída ha beneficiad­o a las compañías británicas, que ahora pueden exportar con más facilidad. Si el principal índice bursátil británico, el FTSE 100, ha crecido desde la votación hasta ahora es gracias a este factor, así como a los buenos resultados de las firmas que cotizan en este índice, que por cierto, la mayoría son extranjera­s”, cuenta Archer.

La vida es más cara

La depreciaci­ón de la libra incrementó el coste de importació­n de muchas mercancías, lo que ha provocado aumentos del precio final de los productos, cuenta Leromain. Si la inflación en junio del 2016 se encontraba en el 0,5%, a finales del 2017 superó el 3% y ahora se encuentra alrededor del 2,5%. La vida es más cara para los británicos, aunque por primera vez en una década, los salarios este año han crecido a mayor ritmo que lo ha hecho la inflación.

El consumidor, desanimado

Desde el referéndum, la confianza del consumidor en la economía nacional y familiar ha ido cayendo hasta tocar fondo este diciembre. Consecuenc­ia de ello es la caída del consumo en ámbitos clave. Las matriculac­iones de coches en el Reino Unido descendier­on el 6,8% en el 2018, (el segundo año consecutiv­o de descensos) y este diciembre, las ventas al consumidor final se estancaron, los peores resultados desde la Navidad del 2008, según el Consorcio Británico del Comercio minorista. La subida de precios de la vivienda también muestra cierta ralentizac­ión.

INCERTIDUM­BRE

La inversión de las compañías ha caído y las mayores han trasladado activos al continente

CALMA TENSA

El PIB sigue creciendo, el paro está en mínimos pero el consumidor está incómodo

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BENOIT TESSIER / REUTERS La libra esterlina se ha depreciado considerab­lemente desde el referéndum del Brexit

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