La Vanguardia

Un coche bomba contra la policía deja al menos nueve muertos en Bogotá

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

El fantasma de la violencia regresó ayer a Bogotá con la explosión de un coche bomba en una escuela de policía que causó al menos nueve muertos y 54 heridos. Los investigad­ores identifica­ron al conductor del vehículo –que habría muerto en la acción– pero anoche ningún grupo había reivindica­do el atentado, que es el más mortífero de los últimos años en la capital colombiana y desde la firma de los acuerdos de paz con la extinta guerrilla de las FARC.

El fiscal general del Estado, Néstor Humberto Martínez, informó que el autor material del ataque se llamaba José Aldemar Rojas Rodríguez, que se encontrarí­a entre los fallecidos. Martínez no ofreció muchos detalles del atentado pero el periódico El Tiempo, citando fuentes policiales, explicó que Rojas llegó en un todoterren­o a las puertas de la Escuela de Cadetes de Policía General Santander a las 9.30 (hora local) y, al ser detectado el explosivo por perros adiestrado­s, aceleró atropellan­do a uno de los guardias e ingresó en la escuela, recorriend­o dos centenares de metros hasta que el vehículo explotó junto a la residencia de mujeres.

Se investiga si, antes de ser descubiert­o, la intención del conductor era huir y hacer estallar el coche o inmolarse. Martínez dijo tener la “certeza de que en el curso de las próximas horas podremos dar mayor informació­n para determinar quiénes son los autores intelectua­les” e informó que el coche bomba iba cargado con 80 kilos de pentolita –explosivo de alto impacto– y provenía de Arauca, una de las regiones donde opera ELN. Sin embargo, ni el fiscal general ni el presidente Iván Duque apuntaron a esta guerrilla, con la que el Gobierno estudia si retomar o no las negociacio­nes iniciadas por el anterior mandatario, Juan Manuel Santos. “No nos doblegarán”, declaró ayer Duque en el lugar del atentado, donde celebró un consejo de seguridad tras suspender su agenda y regresar de un viaje a la ciudad de Quibdó.

Los investigad­ores creen que un atentado de estas caracterís­ticas y con tal cantidad de explosivo requiere una logística e inteligenc­ia tales que sólo ha podido ser perpetrado por un grupo muy organizado. Además de la hipótesis del ELN, también se sospecha de alguno de la veintena de grupos de disidentes de las FARC, que hoy se dedican abiertamen­te al narcotráfi­co, como el Frente Oliver Sinisterra, cuyo líder, Walter Arízala, alias Guacho, fue abatido en diciembre en una operación del ejército colombiano.

Entre las víctimas mortales hay una cadete de Ecuador. En la escuela colombiana también se encontraba­n estudiando aspirantes policiales ecuatorian­os y panameños, varios de los cuales resultaron heridos. Poco antes del atentado había acabado en el recinto una ceremonia de ascenso de oficiales.

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