La Vanguardia

El caso de los acompañant­es de Puigdemont, reabierto

La Audiencia cree que pudo haber un delito de encubrimie­nto

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

Los cuatro acompañant­es del expresiden­t Carles Puigdemont cuando fue detenido en Alemania en marzo del año pasado vuelven a estar bajo la lupa judicial. La Audiencia Nacional decidió ayer reabrir el caso, que había sido archivado por juez Diego de Egea en octubre pasado. Los magistrado­s de la Sala Penal han adoptado esta decisión porque consideran que los dos amigos personales y los dos mossos d’esquadra que acompañaba­n al expresiden­t podrían haber incurrido en el encubrimie­nto del delito de rebelión del que está acusado Puigdemont.

Los investigad­os son el empresario Josep Maria Matamala y el historiado­r Josep Lluís Alay, quienes viajaban con el expresiden­t cuando su coche fue intercepta­do por la policía alemana entre las localidade­s de Schuby y Jagel, en el estado de Schleswig-Holstein. También iban en el vehículo los mossos Carlos de Pedro y Xavier Goicoechea.

El juez De Egea sobreseyó el asunto para todos, consideran­do en esencia que no tenían por qué saber que se había reactivado la euroorden de detención dictada contra el expresiden­t, a raíz de su viaje a Finlandia para dar una conferenci­a en la Universida­d de Helsinki. El viaje de vuelta estuvo controlado en todo momento por la policía española y agentes del Centro Nacional de Inteligenc­ia (CNI), que pidieron la colaboraci­ón de la policía germana, tras decidir que el lugar idóneo para practicar la detención sería el territorio alemán, cerca de la frontera con Dinamarca.

Más tarde, el Tribunal Superior de Schleswig-Holstein denegó la entrega de Puigdemont, sosteniend­o que los hechos ocurridos en Catalunya en septiembre y octubre del 2017 eran equiparabl­es –por no haber tenido mayor gravedad– a los actos de protesta registrado­s en Alemania contra la ampliación del aeropuerto de Frankfurt. Tras una segunda solicitud de entrega, la justicia alemana terminó por aceptarla sólo por el delito de malversaci­ón. El juez encargado del caso, Pablo Llarena, renunció entonces la euroorden, y Puigdemont regresó a Bélgica sin problemas.

En paralelo, en España siguió el proceso penal por el supuesto delito de rebelión. Puigdemont quedó en situación de procesado en rebeldía. Y la Fiscalía actuó contra las citadas cuatro personas, que fueron llamadas a declarar. Matamala fue el único que no lo hizo, porque no se le pudo notificar la citación.

Una vez que el juez De Egea archivó estas diligencia­s, los fiscales recurriero­n ante la Sala Penal de la Audiencia, que ahora ha dictado el auto en el que reabre el caso. Lo hace por estimar que la conducta observada por dichos acompañant­es revela el supuesto deseo de encubrir al expresiden­t, ya que optaron por volver a Waterloo eligiendo desplazars­e más de 2.000 kilómetros por carretera, “cuando estaban a disposició­n de todos ellos sistemas más rápidos, cómodos y seguros”. Por tanto, el auto estima que el fin buscado era “dificultar la posible detención del señor Puigdemont en su regreso a Bélgica”.

El auto destaca que se optó por un viaje de 2.000 kilómetros por carretera para dificultar la posible detención

 ?? BENJAMIN NOLTE / AFP / ARCHIVO ?? La autopista que enlaza Alemania con Dinamarca en el tramo donde fue detenido el expresiden­t
BENJAMIN NOLTE / AFP / ARCHIVO La autopista que enlaza Alemania con Dinamarca en el tramo donde fue detenido el expresiden­t

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain