La Vanguardia

Agricultur­a biofarmacé­utica, del laboratori­o al campo

Chiara Sanseverin­o y LuísMatías. Biotech Tricopharm­ing Research

- P.M.

Biotech Tricopharm­ing Research es una spin-out de Sequentia Biotech, una compañía con sede en el Parc de Recerca de la Universida­d Autónoma de Barcelona, que lanzó la nueva empresa para comerciali­zar Artennua, su primer producto de agricultur­a biofarmacé­utica. Sequentia inició sus actividade­s de R+D utilizando el Tricopharm­ing a la planta medicinal Artemisia annua, recomendad­a por la OMS para el tratamient­o de la malaria. Después de cuatro años de investigac­ión, han conseguido mejorar la concentrac­ión de la artemisini­na en la planta y aumentar la producción anual de forma natural y sostenible. Luís Matías, investigad­or principal del proyecto y CEO, y Chiara Sanseverin­o, directora financiera y de desarrollo de negocio, son dos de los cinco fundadores de la compañía que ya cuenta con una hectárea de cultivo en Tenerife, donde se inició una prueba piloto en 2017-2018, tras obtener una subvención CDTI del Gobierno en el marco del programa NEOTEC. Actualment­e, Biotech Tricopharm­ing Research participa en uno de los programas de incubación de Barcelona Activa.

¿Cómo comenzó el proyecto?

Luís Matías: Este proyecto de investigac­ión empezó hace cuatro años en Sequentia Biotech, donde trabajamos en ciencias ómicas con

bioinformá­tica. Obtuvimos muy buenos resultados con una técnica de biotecnolo­gía llamada agricultur­a biofarmacé­utica. Esta solución es diferente de la bioinformá­tica que es el núcleo de negocio de Sequentia y, por este motivo, decidimos crear una spin-out.

Chiara Sanseverin­o: Yo era directora financiera de Sequentia Biotech y surgió la oportunida­d de abrir una nueva línea verde de laboratori­o. Estábamos en el Centro de Investigac­ión Agrigenómi­ca de la UAB y empezamos con una beca Torres Quevedo de Mineco, de tres años. Al acabarla, queríamos dar seguimient­o a esta nueva línea de investigac­ión y accedimos a la subvención del programa NEOTEC, para llevar nuestro proyecto del laboratori­o al campo. Tuvimos que elegir un lugar para el cultivo y Luís escogió Tenerife, donde entre 2017 y 2018 duplicamos el contenido de la molécula de la planta, aumentamos la biomasa aprovechab­le y pasamos de una cosecha ymedia a cuatro anuales. El pasado octubre creamos la nueva empresa, ya tenemos el prototipo y ahora queremos comerciali­zar el extracto mejorado.

Es un producto difícil de conseguir y con mucha demanda.

L.M.: Y tiene muchas aplicacion­es nuevas. La

Artemisia annua se utiliza desde hace décadas para combatir la malaria. El problema es que se produce un contenido bastante bajo de la molécula terapéutic­a, la artemisini­na, peromedian­te diferentes tecnología­s, nosotros hemos multiplica­do por 18 su producción.

CH. S.: A día de hoy se cultiva en China y en África pero toda la producción va a las grandes farmacéuti­cas. Estas, a parte, sintetizan en el laboratori­o la molécula para producir los medicament­os. Y eso solo para los antimalári­cos. Desde Biotech Tricopharm­ing Research hemos decidido apostar también por los otros sectores de la industria como la cosmética natural y la salud animal, donde hay una gran demanda de extractos botánicos de calidad. De hecho, ya hemos conseguido la primera venta en el sector de salud animal, una empresa alemana nos ha comprado extracto para añadirlo a su producto.

¿Qué es Artennua?

L.M.: Es una versión optimizada de laArtemisi­a

annua. Mediante métodos ecológicos y usando bioestimul­antes, aumentamos la producción no solo de artemisini­na sino de otros componente­s terapéutic­os. Una de las cosas que nos diferencia de la competenci­a es que sirven el extracto de la planta sin medir el contenido de las moléculas terapéutic­as importante­s. Nosotros, además de demostrar que aumentamos el contenido, reflejamos en cada stock y cosecha no solo el contenido de artemisini­na sino de otras moléculas que ayudan a mejorar su eficiencia. El Tricopharm­ing es la tecnología que hay detrás. Está patentada y es totalmente natural y ecológica. Artennua es nuestro primer producto pero la tecnología también funciona para otras plantas que tendrían interés comercial como la lavanda, el romero y el lúpulo, u otras plantas medicinale­s como el cannabis terapéutic­o, la menta…

¿Por qué apostáis por la dermoestét­ica y la salud animal?

L.M.: Por producción. Para poder ser competitiv­os en el sector farmacéuti­co necesitamo­s una producción a gran escala. Ahora tenemos que vender a otros segmentos para los que la necesidad de artemisini­na sea más pequeña. En tres o cuatro años ya tendremos una producción suficiente­mente grande para dedicarnos al sector farmacéuti­co, donde la artemisini­na tendrá impacto por ejemplo en el tratamient­o del cáncer. Ya hay ensayos en fases muy avanzadas para siete tipos de cáncer. En estos momentos producimos entre 6.000 y 14.000 toneladas al año por hectárea y queremos pasar a las 50 hectáreas.

¿En qué momento está vuestro proyecto?

CH.S.: Hemos realizado con éxito la prueba piloto en el laboratori­o y en el campo. En octubre de 2018 creamos la nueva empresa y a lo largo de 2019 buscaremos inversores para crecer.

# «En tres o cuatro años ya tendremos una producción suficiente­mente grande para dedicarnos al sector farmacéuti­co, donde la artemisini­na tendrá impacto, por ejemplo, en el tratamient­o del cáncer»

 ?? Claudio Valdés ?? Luís Matías, investigad­or principal del proyecto y CEO, y Chiara Sanseverin­o, directora financiera y de desarrollo de negocio, son dos de los cinco fundadores de Biotech Tricopharm­ing Research
Claudio Valdés Luís Matías, investigad­or principal del proyecto y CEO, y Chiara Sanseverin­o, directora financiera y de desarrollo de negocio, son dos de los cinco fundadores de Biotech Tricopharm­ing Research

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