Sánchez advierte de elecciones en abril si no hay presupuesto
El presidente lanza un último intento para convencer a los independentistas Torra insiste en el veto a las cuentas si no se incluye la autodeterminación
Pedro Sánchez ejerció ayer de anfitrión del equipo de la película Campeones, al que paseó por el complejo de la Moncloa, e incluso se atrevió a hacer malabares con la pelota de baloncesto.
Elecciones generales en abril si los presupuestos del 2019 quedan bloqueados entre hoy y mañana en el Congreso de los Diputados. Esta es la respuesta de Pedro
Sánchez después de los acontecimientos de este pasado fin de semana en Madrid.
La situación es casi irresoluble. Hoy empieza en el Tribunal Supremo el juicio a la plana mayor del independentismo catalán. Apenas hay margen para la negociación. Las vías de comunicación, sin embargo, no están totalmente rotas. Dirigentes soberanistas se movían anoche para intentar evitar una convocatoria que juzgan inconveniente para sus intereses en vísperas de las elecciones municipales. Mucho nerviosismo en el PDECat.
La suerte está echada a menos que los guionistas de la serie España en el laberinto nos sorprendan en las próximas horas con un nuevo giro argumental. No sería la primera vez. El guion filtrado ayer por fuentes gubernamentales a la agencia Efe habla de elecciones generales el 14 de abril, aniversario de la proclamación de la Segunda República.
Exhumación de los restos del general Franco en las próximas semanas (el Consejo de Ministros tomará una decisión al respecto el próximo viernes), movilización general feminista en toda España alrededor de la jornada del 8 de marzo, y elecciones generales el 14 de abril (domingo de Ramos). Este es el guion con el que estaría trabajando Moncloa, con dos fechas alternativas: el 28 de abril, después de Semana Santa, y el 26 de mayo, fecha en la que las elecciones generales coincidirían con las municipales, las autonómicas (en trece comunidades) y las europeas.
La hipótesis del superdomingo de mayo entusiasma a algunos colaboradores de Sánchez e incomoda a los dirigentes territoriales socialistas con mando en plaza (presidentes regionales y alcaldes), que siguen soñando con unas elecciones locales no mediatizadas por el debate político general. Eso es soñar mucho en las actuales circunstancias.
Si el Partido Socialista ganase las generales en abril, podría rematar en mayo. Si en abril las cosas le fuesen mal, mayo podría ser catastrófico para la izquierda.
Apuestas de alto riesgo para un tiempo muy incierto. A Sánchez le gusta el riesgo y en este momentos se siente reconfortado por el relativo fiasco de la derecha en la plaza Colón. La triple alianza ambicionaba una movilización arrolladora y no la obtuvo. El presidente ha decidido jugar fuerte. Presupuestos o elecciones. ¿Globo sonda? Después de los acontecimientos de los últimos días, el patio ya no está para muchas sondas.
El juicio en el Tribunal Supremo no es un escenario propicio para que ERC y PDECat den marcha atrás en el Congreso, levantando el veto a los presupuestos. Deberían obtener contrapartidas significativas y Sánchez tiene en estos momentos muy poco margen para ofrecerlas. Ejercitemos la memoria corta. A finales de la pasada semana, el presidente del Gobierno se quedó prácticamente solo cuando a la vicepresidenta
Carmen Calvo le explotó la palabra relator en las manos. Perdió el apoyo de los dirigentes socialistas de la España interior, que nunca le han querido. Fue criticado por el dirigente vasco Patxi López.
Fue cruelmente vituperado por
Alfonso Guerra, que le detesta.
Felipe González le disparó una flecha con mira telescópica. También se alejó el siempre prudente Ángel Gabilondo ,c andidato del PSOE a la presidencia de la Comunidad de Madrid. Durante unas horas hubo un significativo reflujo de apoyos mediáticos a Sánchez en Madrid. El sábado, el presidente del Gobierno sólo disponía del apoyo del frente mediterráneo
de su partido (Miquel
Iceta, Francina Armengol y Ximo Puig), del Partido Nacionalista Vasco y de Podemos, muy particularmente de Pablo Iglesias.
Si la concentración del domingo en Colón hubiese sido oceánica, tal y como pretendían los organizadores, Sánchez hoy sería un presidente noqueado y los independentistas tendrían un poderoso motivo para socorrerlo.
Atención a la piedra Rosetta. Políticamente, Catalunya es hoy un jeroglífico. La insomne lucha entre ERC y las diferentes ramas neoconvergentes genera enrevesados momentos cuya comprensión no está al alcance de todos los mortales. A ERC, partido republicano, le pueden interesar unas elecciones el 14 de abril: para barrer el PDECat. En la casa convergente reina el caos.
El presidente ha salido vivo de Colón. Esta es la noticia. Ayer en el PSOE todos volvían a ser sanchistas. Incluso Felipe González comentó algo bueno de él en televisión: “Pedro Sánchez ha dicho que las condiciones de los independentistas son inaceptables y eso me parece bien”.
Saca Sánchez.
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