Maroto dice que aún no se puede prescindir del diésel
La ministra promete “una transición ordenada” hacia el coche eléctrico
La ministra de Industria, Reyes Maroto transmitió ayer un mensaje de tranquilidad al sector automovilístico al prometer una “transición justa y ordenada” hacia el coche eléctrico. “Los motores de combustión (gasolina y diésel) tienen aún mucho que decir”, dijo en lo que supone una nueva matización de las tesis del Ministerio de Transición Ecológica que dirige Teresa Ribera.
Fuentes de Industria precisaron que desde que Ribera afirmó hace unos meses que “el diésel tiene los días contados”, las posiciones de los ministerios se han ido alineando con el objetivo de no dañar a un sector que ayer Maroto volvió a calificar de “estratégico por su generación de riqueza, empleo y bienestar”. Con su discurso, Maroto quiso apaciguar la incertidumbre respecto a qué coche conviene comprarse ahora, cuando está previsto que los vehículos de gasolina y diésel dejen de venderse en el 2040 y a partir del 2050 dejen de circular. “Somos un país líder, el segundo fabricante europeo, pero es verdad que hay mucha incertidumbre y por ello hay que dar certeza”, admitió la ministra.
Maroto recogió, además, una de las revindicaciones de fabricantes y concesionarios que opinan que en la batalla contra las emisiones la clave está en el rejuvenecimiento del parque móvil”. “Su obsolescencia –añadió– obliga a actuar y a definir cuáles son los instrumentos” para incentivar la compra de vehículos nuevos. No dio más detalles, pero en la mente de los asistentes estaba el aplaudido plan Renove que acaba de aprobar el Gobierno vasco.
El discurso de Maroto tuvo un efecto tranquilizador, según varios de los asistentes a un congreso en el que se debatió la pérdida de negocio y de empleo que implica para los talleres de los concesionarios el cambio de los vehículos tradicionales por los eléctricos. Sobre todo, después de conocer las conclusiones del estudio presentado por la consultora Solera, que calcula que los ingresos de los talleres se reducirían un 38%, hasta los 8.500 millones de euros, en el supuesto de que en el 2025 el parque automovilístico fuera 100% eléctrico.
El estudio pone de relieve que a los actuales precios, de un mínimo de 25.000 a los 90.000 euros que puede costar un Tesla, el coche eléctrico entra hoy por hoy en el segmento premium, como destaca José Luis Gata, analista del negocio de posventa de Solera. “Y los hogares con ingresos de unos 2.500 euros mensuales apenas representan un 20% del total, lo que significa que este tipo de vehículos están de momento vedados para la mayor parte de la población”, añade. Su pronóstico es que, al ritmo de aumento que muestran ahora las ventas de coches eléctricos, España tardará 172 años para electrificar todo su parque automovilístico.
La caída en el negocio de los talleres se explica porque un vehículo de combustión interna requiere una serie de mantenimientos preventivos cada equis años o kilómetros que con el eléctrico desaparecen. Además, los vehículos de gasolina o diésel integran 25 piezas y elementos que no se encuentran en los vehículos eléctricos, como son el aceite, filtros de aceite, correa de distribución, bujías, inyectores o los tubos de escape.
En contrapartida, se incluye un elemento caro –la batería, con un coste medio de 11.000 euros–, aunque se estima que sólo se necesitará cambiarla cada diez años.
El ganador por el momento de esta incertidumbre es el renting a particulares, que se ha disparado.
Un estudio calcula que el negocio de los talleres se reduciría casi un 40% si todo el parque móvil se convirtiera en eléctrico