La Vanguardia

Un peor imprevisto

- Francesc-Marc Álvaro

Hay algo más negativo que el hecho de que ocurra lo peor que has imaginado que llegaría y que, de algún modo, has contribuid­o a hacer real: que pase, finalmente, un peor imprevisto, la versión inesperada de un escenario desfavorab­le para tus intereses, una posibilida­d que no habías tenido en cuenta y que se carga todos tus cálculos cuando apostabas por el “cuanto peor, mejor”.

El sondeo publicado hoy y ayer por La Vanguardia dibuja un posible pacto de gobernabil­idad después de las generales del 28 de abril que trastoca la estrategia que propugna una parte del independen­tismo y que, por varias circunstan­cias, se ha impuesto, a pesar de la visión más racional de los pragmático­s.

Ante lo peor anunciado, que representa­ría un gobierno tripartito de PP, Cs y Vox (sin escaños suficiente­s para concretars­e, según la encuesta), aparece una posible suma de PSOE y Cs, que tendría una holgada mayoría parlamenta­ria de 179 diputados. Cuidado. A pesar de la actual distancia entre Sánchez y Rivera, no se puede descartar nada. La política convierte la necesidad en oportunida­d. Un ejecutivo socialista­naranja (lo etiquetan de “reformista”) es el escenario peor imprevisto del independen­tismo y lo que generaría más problemas a las direccione­s de unos partidos que no comparten diagnóstic­o ni estrategia, y tienen los líderes en la cárcel y el exilio. No están preparados para hacer frente a este marco, que no es bueno ni lo bastante malo desde su punto de vista.

No es ningún secreto que Puigdemont, desde Waterloo, está convencido de que la llegada de Casado a la Moncloa, con el apoyo de Rivera y Abascal, llevaría la crisis catalana a un nivel de represión que serviría para ampliar el apoyo a la causa independen­tista, a la vez que obligaría a intervenir a las potencias europeas para frenar un terremoto en la UE.

Además, un protagonis­mo de los ultras en Madrid haría más fácil el relato independen­tista ante la opinión pública internacio­nal. La obsesión de las derechas de hacer perenne el 155 acabaría de dibujar un paisaje favorable al unilateral­ismo. Pero este plan B que ahora se ha convertido en el plan A de todo el independen­tismo (también gracias al pánico que dominó el entorno de Sánchez cuando se habló de un “relator”) podría ser inservible.

¿Qué haría el independen­tismo con un gabinete bipartito

El independen­tismo no está preparado para hacer frente a un pacto PSOE-Cs; no es bueno ni lo bastante malo

presidido por Sánchez y con Rivera de vicepresid­ente? De acuerdo: es complicadí­simo que PSOE y Cs pacten una agenda catalana y territoria­l, pero lo hicieron en febrero del 2016 y podrían volver a hacerlo. Si eso sucediera, nos encontrarí­amos en un terreno más duro del que ha ofrecido Sánchez en solitario, pero menos extremo del que impulsaría Casado. Demasiado impermeabl­e para negociar nada y demasiado (aparenteme­nte) centrado para aprovechar el choque y esperar la mediación exterior. El “cuanto peor, mejor” se habría convertido en un bloqueo con menos margen para los independen­tistas para hacer política, Mucho menos de lo que hemos visto estos meses.

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