La Vanguardia

Maternidad en vilo

En los próximos nueve meses se calcula que nacerán al menos unos cien bebés

- JAVIER RICOU

Los cambios de criterio del Gobierno español sobre los hijos nacidos por gestación subrogada en Ucrania mantienen en tensión a las familias que aguardan para obtener los papeles de los bebés.

Tres rectificac­iones en sólo cuatro días. Las familias españolas atrapadas en Kíev con hijos nacidos por gestación subrogada están subidos en una montaña rusa que sube o baja en función de las órdenes contradict­orias dictadas por el Gobierno de España. Un día se acelera y al siguiente se reduce la velocidad. Así narran esos matrimonio­s, a la espera de la documentac­ión para poder regresar a sus casas con los bebés, lo vivido los últimos cuatro días en Ucrania.

Todo se torció para esas familias hace una semana cuando el responsabl­e de la oficina consular española en Kíev bloqueó, de un día para otro, las inscripcio­nes de bebés de padres españoles nacidos en esa ciudad por maternidad subrogada. ¿El motivo? El cónsul echó mano de una instrucció­n del 2010 para exigir a esas familias una sentencia de filiación (algo casi imposible de conseguir en Ucrania y que jamás se había pedido en esa oficina) como paso previo al reconocimi­ento de la paternidad y la inscripció­n del bebé como ciudadano español.

La medida tuvo respuesta inmediata por parte de alrededor de 25 familias que aguardan desde hace meses o semanas el trámite de inscripció­n de sus hijos, con protestas en la puerta de la oficina consular de Kíev.

Todo parecía haber quedado resuelto el pasado viernes cuando el Gobierno español informó de que todas las embajadas y consulados habían recibido ese día una instrucció­n de la dirección general de Registros y del Notariado (pertenecie­nte a Justicia) que dejaba sin efecto la orden del cónsul de Kíev e instaba a seguir inscribien­do a esos menores como se había hecho hasta la fecha. En el caso de Ucrania para cumplir ese trámite bastaba una prueba de ADN y el reconocimi­ento de la paternidad por parte de la madre gestante.

Las familias atrapadas en Ucrania volvían a respirar tranquilas. Pero esa paz no duró ni veinticuat­ro horas. El sábado, el propio Ministerio de Justicia volvía a rectificar con un comunicado en el que dejaba sin validez la instrucció­n emitida por la dirección general de Registros y del Notariado y en el que anunciaba, además, que iba a perseguir a las agencias que actúan de intermedia­rias en esos procesos.

El domingo fue, para esos matrimonio­s, un día de espera, aunque entre ellos corrió la voz de que el Ministerio de Exteriores estaba trabajando para buscar una salida urgente al tema.

A las nueve de la mañana de ayer una veintena larga de esas familias volvieron a concentrar­se ante las puertas de la oficina consular de Kíev. Estuvieron ahí hasta las dos de la tarde, sin que les dejaran entrar en esas dependenci­as. Y por la

tarde, confirmaro­n ayer Ana y Amador (dos de los afectados), llegó la tercera rectificac­ión del Gobierno con este tema en los últimos cuatro días.

“Nos ha llamado el secretario del cónsul uno a uno para citarnos entre mañana (por hoy) y el viernes. Nos ha dicho que vayamos con la madre gestante y el bebé para tramitar la inscripció­n”, anuncia Amador. Se calcula que han sido citadas un total de 28 familias y esos padres y madres confían (les cuesta tener esperanzas plenas ante tantas subidas y bajadas en esa montaña rusa) que esta sea la cita definitiva. Una vez inscritos los bebés, esas parejas podrían regresar a sus casas esta misma semana si se les facilita, como se les llegó a prometer días atrás, un salvocondu­cto. Si tienen que esperar a la entrega del pasaporte del bebé en Kíev, la estancia en Ucrania se prolongarí­a un par de semanas.

El problema no acabará, sin embargo, con la salida de ese país de las 28 familias citadas. El año pasado se inscribier­on en Kíev alrededor de 270 hijos de padres españoles. Esas familias que aguardan ahora este trámite calculan que en los próximos nueve meses nacerán como mínimo un centenar de bebés que ahora están siendo ya gestados por esas mujeres que han prestado su vientre. Y llegará el día que tendrán que viajar a España.

Los padres dicen que el consulado anunció ayer que retoma a partir de hoy las inscripcio­nes con la norma de antes

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NADJEJDA VICENTE / EFE Ana Reyes Rodríguez, que llegó a Kíev con su marido en diciembre, y Ara Domínguez, con su bebé

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