Juicio justo (al Bayern)
El Bayern Munich, propiedad en un 75% de los socios, no es la democracia perfecta, pero tampoco la teocracia del Madrid de Florentino Pérez
Hace poco, para mi desgracia, tuve que contratar varios días seguidos los servicios de Alexander, un fisioterapeuta alemán casado con una colombiana, de Erfurt (capital de Turingia, antigua RDA, preciosa ciudad medieval en cuya catedral de Santa María se ordenó sacerdote Martín Lutero, antes de ejercer de monje en el monasterio de Augustinerkloster y poner en marcha su reforma protestante). Dolorido y tumbado boca abajo en una camilla, llegué a conocerle un poco. Me explicó, entre otras cosas: 1) que está claro que Alemania necesita inmigrantes para trabajar y pagar las pensiones; 2) pero que abrir las puertas a 1.2 millones de refugiados sirios fue un error; 3) que a efectos de integración es mejor que los extranjeros compartan la cultura de los nativos; 4) que históricamente todas las religiones han sido perniciosas, y lo siguen siendo; 5) que la inmensa mayoría de musulmanes en su país son buena gente que sólo pretende ganarse la vida; 6) pero que algunos han violado a mujeres y cometido crímenes, y habría que deshacerse de ellos; 7) que aquellos de origen islámico que quieran profesar públicamente su religión deberían pagar un impuesto especial; 8) que el ascenso de la Alternativa para Alemania (AFD) es una desgracia, pero va a ir a más; 9) que en Italia los neofascistas ya han llegado al gobierno; 10) que estamos volviendo a los parámetros de la República de Weimar, que sentó las bases del nazismo; 11) que el SPD (socialdemócratas) está pagando muy caro la beneficiosa sumisión de algunos de sus líderes a los intereses de los oleoductos rusos; 12) que Alemania necesita un gobierno de CDU (derecha, Merkel), y España del PP; 13) que Es- paña es una democracia frágil e imperfecta que tiende a la radicalización, ya sea por la izquierda (Podemos), como ahora con la triple bocanada de ultraderechismo que se viene encima (sobre la equiparación de ambos fenómenos me permití discrepar).
El hecho de estar viendo las estrellas mientras intentaba aliviar mis contracturas no alimentó precisamente mi optimismo sobre su visión del mundo, así que llevé la conversación hacia el fútbol, aunque no le interesaba demasiado (El Erfurt, equipo de su ciudad, no es gran cosa y juega en la Liga Regional). Así que hablamos del Bayern, como hacen los bávaros en los beer gardens del Jardín Inglés de Munich, cuando se cansan de comentar el deterioro de los socialcristianos de la CSU y los errores de su exlíder Horst Seehofer. Alexander también tenía las ideas bastante claras: 1) es genial que los 291.000 socios sean propietarios del club, pero poco a poco las élites empresariales (Audi, Allianz, Adidas...) están adquiriendo más y más influencia; 2) que no está bien haber prohibido a Paul Breitner acceder a la zona VIP del estadio por ser crítico con la entidad; 3) que debería haber pagado lo necesario para fichar a Kevin de Bruyne y Leroy Sané cuando estaban a tiro; 4) que Guardiola se fue harto del control opresivo que ejercen Hoeness y Rummenigge; 5) que no es coherente criticar al PSG por recibir fondos de Qatar y aceptar a su vez el patrocinio de Qatar Airways; 6) que hace mucho tiempo que debería haber nombrado un director deportivo (como Abidal en el Barça); 7) que Niko Kovacs no es el técnico ideal, y no se le debería haber ofrecido un contrato por tres años; 8) que es una vergüenza que la compañía familiar de salchichas de Hoeness haya obtenido la concesión del Allianz Arena; 9) que dados sus ingresos anuales de 629 millones de euros (el doble que el Borussia Dortmund), debería ganar la liga todos los años (ya lo hace casi siempre); 10) que no debería apoyar una Superliga europea en contra de los deseos de sus seguidores; 11) que la reciente política de fichajes (Leon Goretzka, Corentin Tolisso, la apuesta ahora por Callum Hudson-Odoi del Chelsea...) es muy errática; 12) que debería haber contratado como entrenador a Thomas Tuchel, en vez de dejar que se escapara al PSG.
En la última asamblea de socios Uli Hoeness recibió un nuevo mandato de cuatro años como presidente –a pesar de que algunos de los participantes hicieron patentes las mismas críticas que Alexander–, y Karl-Heinz Rummenigge ha firmado un contrato de dos años más como principal ejecutivo del club. Puede que el Bayern no sea el modelo democrático perfecto, pero tampoco es la autocracia (o teocracia) disfrazada de democracia que es el Real Madrid de Florentino Pérez.
En conjunto coincidí mucho más con los planteamientos futbolísticos que políticos de mi fisioterapeuta, y se lo dije. Su respuesta fue meterme un meneo en los músculos que me hizo preguntarme lo que debe ser la tortura.
Sus ingresos (629 millones de euros anuales) son el doble que los del Borussia de Dortmund, su gran rival