La Vanguardia

La inquieta Madonna dejará el ‘paraíso’ de Lisboa

La artista regresa a EE.UU. para lanzar un nuevo álbum

- BEGOÑA CORZO Barcelona

Después de todo el revuelo que causó su llegada, incluidos escándalos políticos por supuestos tratos de favor, Madonna parece decidida a abandonar Lisboa a los dos años de su llegada. Se cree que la diva se ha cansado del “paraíso”, como un día lo calificó, y en los próximos meses se trasladará a la más bulliciosa Nueva York.

Según la prensa portuguesa, la cantante no ha renovado el contrato con el hotel boutique Ramalhete, el palacio del siglo XVIII en el barrio de Lapa donde vivía desde hace un año. En marzo se trasladará a otro hotel de lujo y en septiembre pondrá rumbo a EE.UU.

Madonna llegó a Lisboa en el 2017 después de que la escuela de fútbol del Benfica fichara a su hijo David Banda, que ahora tiene 13 años. En un principio, la cantante se instaló con sus hijos pequeños, David, Mercy (13) y las gemelas Esther y Stella (6) en otro palacio hotel del barrio de Santo Amaro.

Pero a la inquieta ambición rubia, que ha cumplido 60 años, le cansa ser “mamá de futbolista”, y ni el fado ni las fiestas nocturnas lisboetas parecen ser suficiente­s para retenerla en la ciudad. Madonna colgó hace unos días en sus redes un vídeo con artistas caboverdia­nos, rodado en el mirador de Monte Santo, pero según algunos allegados, la artista ya conoce todos los secretos musicales de Lisboa y el “paraíso” se le queda pequeño.

Y eso que su llegada a la ciudad del Tajo despertó tanta expectació­n que el Gobierno de Portugal y el Ayuntamien­to de la ciudad le dieron todas las facilidade­s para que se sintiera cómoda; el primero le concedió la residencia en tiempo récord y el segundo le buscó hueco para que aparcara su flota de automóvile­s en un barrio donde una plaza de estacionam­iento es más codiciada que un piso.

La artista se mudará a EE.UU. para lanzar su nuevo álbum, Magic, inspirado en el fado y la música afro-portuguesa e incorpora colaboraci­ones con músicos locales como Dino D’Santiago, Kimi Djabaté y Ricardo Toscano. Queda por resolver la carrera futbolísti­ca de David. Madonna ya admitió a Vogue Italia que “ser madre de futbolista implica no tener vida propia. Así es imposible hacer planes, y me hace sentir que tengo que elegir entre no ser justa con mis hijos o no serlo conmigo misma”.

La cantante ha estado dos años en la capital portuguesa por su hijo David Banda, fichado por el Benfica

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