Salvoconductos para los bebés nacidos en Ucrania
El Gobierno cierra la crisis de la gestación subrogada
Las familias atrapadas en Kíev con hijos nacidos desde mediados del pasado diciembre por gestación subrogada en esa ciudad empezaron ayer a hacer las maletas para regresar a casa. El Ministerio de Exteriores ponía fin, con la inscripción de esos bebés en la embajada de Ucrania y la emisión de un salvoconducto para que los menores puedan viajar a España sin esperar a la entrega del pasaporte, al particular calvario padecido por esos matrimonios estas últimas semanas.
El desbloqueo de esos trámites –tras diversas órdenes contradictorias dictadas por el Gobierno los últimos días– beneficiará a casi una cuarentena de familias, con hijos ya nacidos. Hay bebés como Alba, hija de Ana y Fernando, que ayer cumplió dos meses, y criaturas de sólo días. Esta misma semana viajará a Ucrania un diplomático de refuerzo para participar en las tareas de inscripción.
La solución a esta crisis se apunta, sin embargo, como un parche en el conflicto que rodea a estos procesos de maternidad subrogada. La misma embajada de España en Ucrania anunció ayer –mientras tramitaba salvoconductos para esas familias con hijos ya nacidos– que la inscripción de bebés por maternidad subrogada iba a suspenderse en esa oficina consular de Kíev una vez resueltos los casos de esa cuarentena de matrimonios. El contenido de esa nota emitida ayer por las autoridades consulares corrobora, por lo tanto, la instrucción dada el sábado por la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en la que se pedía la paralización de las inscripciones y en la que se recuerda que esta práctica es ilegal en España.
Así que las parejas que ahora están ya inmersas en Ucrania en procesos de gestación subrogada tendrán que buscar otras vías para traer a sus hijos a España una vez nazcan esos bebés, si el Gobierno mantiene ese bloqueo. Esas parejas tendrán que sacar un pasaporte ucraniano a sus hijos (un proceso que dura semanas) o probar la paternidad mediante sentencia judicial, un trámite que se apunta casi como imposible de conseguir en Ucrania. Hasta ahora para inscribir a esos niños bastaba una prueba de ADN y la ratificación de la paternidad por parte de la madre gestante.
Ana Reyes, que tenía previsto coger hoy un avión que la lleve a casa junto con su esposo e hija, no escondía ayer su alegría por estar tan cerca del final del calvario que asegura han vivido las últimas semanas por los inesperados cambios de criterio del Gobierno de España.
Esta vecina de Palencia anunciaba, por otro lado, que tanto ella como otras de las muchas familias que han vivido su misma situación no piensan olvidarse de las parejas que serán padres en Kíev a partir de ahora, ante “el negro panorama” que les aguarda. “No vamos a permitir que pasen el calvario que nosotros hemos vivido”, afirma. “Nosotros no hemos hecho nada ilegal, la gestación subrogada está permitida en Ucrania y ningún Gobierno puede negar a un matrimonio el pasaporte de su hijo para llevarlo a casa”, añade Ana.
Esta mujer anuncia que han presentado un recurso ante el Defensor del Pueblo y van a acudir también al Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Desde Exteriores se insiste en que desde el 2016 se desaconseja a las familias españolas acudir a Ucrania para iniciar estos procesos
La embajada anuncia que las inscripciones se suspenderán una vez resueltos los casos con hijos ya nacidos