La Vanguardia

No hay desorden del rival

- Joan Golobart Un Barcelona sorprenden­te. La mejor zona de presión. Buenas y malas noticias.

Fue una sorpresa para todo el mundo que el Barcelona más triste de los últimos tiempos consiguier­a rematar 12 veces a puerta en la primera mitad. Venían de no conseguir hilvanar jugadas que generasen ocasiones de gol, ni siquiera dar una imagen que reconocier­a un estilo propio. Fueron segurament­e varias las razones que mostraron a ese Barcelona pero principalm­ente fueron dos. La primera, esa capacidad absurda por la que los franceses son capaces de perder balones en campo propio cuando están en plena transición con todos los jugadores abiertos. Fueron incontable­s los errores no forzados. La segunda, la alineación de Sergi Roberto en la media, en sustitució­n de Arturo Vidal, que si bien le resta músculo, lo compensa de sobra con la situación táctica del catalán, que con mucho más orden y entendimie­nto establece desde qué prioridad se debe fijar la presión.

Por primera vez el Barcelona fue un equipo mucho más prolífico en la presión en el medio campo que en posiciones más avanzadas, donde antes era el rey. Cuando el Lyon salía con el balón jugado cometía un error muy grave, segurament­e provocado por los numerosos delanteros que situó Genesio. Se sabe desde hace tiempo que no por alinear más delanteros vas a atacar mejor. La evolución del juego para llegar al marco contrario requiere de ayudas en el recorrido. El Lyon, con tanto delantero, provocó que los centrocamp­istas que recibían en zonas retrasadas quedaran aislados del resto de sus compañeros. Lo que ralentizab­a su juego, reteniendo el balón y provocando que los azulgrana le robaran el esférico. Además cuando ante esa evidencia los franceses trataron de jugar en largo hacia Depay, tanto Piqué, el jugador más en forma del Barcelona, como Lenglet fueron valientes para abandonar su zona y reducir el espacio al delantero. Los franceses realizaron dos tiros meritorios con dos notables paradas de Ter Stegen, pero el sistema defensivo azulgrana fue bueno porque los remates tuvieron que ser siempre desde fuera del área.

El partido tuvo buenas y malas noticias, ya que se remató 25 veces aunque solo fueron 5 a puerta. Y cuando esto sucede la explicació­n suele ser siempre la misma. El hombre que remata nunca ha estado en

Con Sergi Roberto en la media hubo más entendimie­nto a la hora de presionar

condicione­s de armar bien su remate. Lo que nos lleva a la reflexión de que el juego del Barcelona hace tiempo que ha perdido su capacidad de desordenar al rival y hay que hacer algo al respecto porque sino uno acaba viviendo exclusivam­ente de la maestría de Messi. También preocupaba el estado de forma de Suarez, no por no marcar gol sino por lo que poco que aportaba al juego aunque en los últimos minutos entró más en juego. En cambio repito que me entusiasmó el partido de los centrales, la seriedad y rigurosida­d en el juego de Nélson Semedo y la disciplina táctica de Dembélé. Lo que permitió que el juego azulgrana fuese un 4-3-3 en ataque y en cambio un 4-4-2 ante la pérdida y eso hace unos meses parecía imposible.

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JEAN-PAUL PELISSIER / REUTERS Sergi Roberto presiona a Aouar, anoche
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