Invertir (o no) en Catalunya
Como Warren Buffett dijo una vez, “se necesitan 20 años para construir una reputación y cinco minutos para arruinarla”. La decisión unilateral del gobierno catalán de expropiar ATLL Concessionària, incumpliendo con sus obligaciones, le coloca justo en ese camino.
Catalunya siempre se ha enorgullecido de su perspicacia empresarial y de su visión abierta e internacional. Pero la decisión de la Generalitat de rescindir un contrato concesional válido sin la correspondiente compensación e indemnización es un acto temerario que, si no se remedia, perjudicará la reputación internacional de Catalunya durante años. La inversión en infraestructuras en toda Europa ha caído a niveles crónicamente bajos y el BEI ha advertido que se está poniendo en peligro la prosperidad de la UE tras años de falta de inversión. España no es una excepción. Sin embargo, sin garantías de que se respeten sus inversiones legítimas, los mercados le darán su espalda. Es una simple cuestión de confianza.
Invertir en ATLL, hace ya más de seis años, no fue una decisión fácil. En aquel momento, España se encontraba en medio de una grave crisis financiera. La Generalitat necesitaba dinero con urgencia y los empleados de ATLL querían saber si tenían un futuro. Tras pagar 300 millones de euros en 2012, el consorcio realizó todas las inversiones prometidas, mantuvo el 100% de su plantilla y prestó un servicio ejemplar, superando cada una de las estrictas métricas de nivel de servicio y de calidad del agua establecidas por la Agencia Catalana del Agua (ACA). La Generalitat siempre ha tenido el derecho de asumir de nuevo la gestión de ATLL. Así lo recoge el contrato de la concesionaria. El problema estriba en que sus actuales dirigentes quieren recuperarla sin hacer frente a la correspondiente compensación.
La rescisión del contrato de ATLL sin indemnización perjudicará la reputación internacional de Catalunya
Y, sobre todo, enviando una fuerte señal de alarma al mercado sobre Catalunya: “Manténgase alejados”. Y esta señal no será ignorada.
El uso por parte del gobierno catalán de dudosas maniobras legales para eludir sus obligaciones contractuales es insostenible y, en última instancia, contraproducente. Sus esfuerzos ya han sido rechazados dos veces por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Como inversor paneuropeo, en Pioneer creemos que, de persistir, las acciones de la Generalitat causarán graves daños a largo plazo a Catalunya. Estamos preparados para negociar de forma justa y razonable con la Generalitat. Creemos que redunda en interés de todas las partes evitar conflictos jurídicos. España es uno de los países europeos con más atractivo para los inversores internacionales, y su sólida recuperación demuestra su resiliencia. Catalunya ha sido históricamente un buen lugar para hacer negocios. Pioneer ha invertido en seis empresas en España en los últimos 20 años, incluso en asociaciones públicoprivadas como ATLL, con resultados satisfactorios. Confiamos que esta experiencia positiva continúe.