Scoot elige Barcelona para llevar sus vehículos eléctricos a Europa
Scoot es una start-up fundada en 2012 en San Francisco de alquiler de vehículos eléctricos. En junio de 2018 aterrizó en Barcelona con una flota de 1.500 motos y bicicletas eléctricas, y su idea es expandirse por Europa desde aquí.
“Queremos situarnos en una ciudad estratégica y relevante en el sector de la innovación, la tecnología y la movilidad, y por este motivo estamos en San Francisco, Barcelona y Santiago de Chile. En Europa, Barcelona es un referente, ha sido escogida recientemente capital de la movilidad, y por eso hemos instalado aquí nuestro
hub europeo”, explica Mar Pallas VP Europe Market Development.
Scoot trabaja con el Ayuntamiento de San Francisco para mejorar la movilidad de la ciudad y ha querido hacer lo mismo en Barcelona. “Nuestro objetivo como empresa es colaborar con las administraciones y cumplimos con las regulaciones de la ciudad. Hemos entrado en Barcelona con motos y bicicletas eléctricas porque la ciudad estaba abierta a esos vehículos y para colaborar en la mejora de la movilidad urbana”, explica Gerard Gomà, City Manager de Scoot en Barcelona.
“En San Francisco fuimos la primera empresa en desarrollar un permiso junto con un organismo público. Hemos logrado el primer permiso para motos que permite aparcar en suelo público. Ahora hemos participado en el concurso para poder operar con patinetes eléctricos y
hemos sido una de las dos empresas ganadoras. Siempre colaboramos con los ayuntamientos de las ciudades donde instalamos Scoot, compartimos datos, información, tenemos un diálogo diario de manera que si hay cualquier incidencia nos comunicamos para hacer que la ciudad funcione de la mejor forma posible”, explica Mar Pallas.
30.000 APARCAMIENTOS PARA BICIS
A través de una aplicación móvil, Scoot geolocaliza las bicicletas y motos eléctricas que hay cerca de nosotros. “Nuestro sistema no tiene un punto de anclaje fijo. Los usuarios pueden utilizar los aparcamientos de bicis y hay más de 30.000 en Barcelona. Es un vehículo que podemos colocar en zonas donde entendemos que puede haber más interés y demanda sin sobresaturar esas ubicaciones”, explica Gerard Gomà. “Además, nuestro servicio se paga por minutos de uso, y no hay cuotas fijas. Y el 100% de nuestra flota es eléctrica, lo que permite de una manera sencilla que los usuarios se muevan en todas direcciones”, añade.
Una de las filosofías de Scoot es trabajar con proveedores locales. En el caso de Barcelona, las motos eléctricas son de la empresa catalana Silence. “Haber instalado la central europea en Barcelona nos permite atraer talento extranjero a la ciudad y captar talento local interesado en el sector. Además, poder adquirir tecnología local nos da agilidad para relacionarnos con el proveedor y fomentamos la economía local”, concluye Gomà.