La Vanguardia

Helena Janeczek

ESCRITORA

- NÚRIA ESCUR

Helena Janeczek, nacida en Alemania y residente en Italia, publica La chica de la Leica, donde recrea la vida de Gerda Taro (seudónimo de Gerta Pohorylle), fotoperiod­ista y compañera de Robert Capa, que murió en la Guerra Civil.

Helena Janeczek ofrece una nueva mirada sobre la leyenda de Gerda Taro (Stuttgart, 1910El Escorial, 1937), la mítica fotógrafa que murió en España, en el campo de batalla, mientras cubría la informació­n de la Guerra Civil Española. Tenía sólo 27 años.

La chica de la Leica (Tusquets) –en catalán La noia amb la Leica

(Ed. 62)– nos devuelve a la fascinació­n por la pareja de Gerda Taro y Robert Capa. Este último, en realidad, André Friedmann. Robert Capa fue el nombre ficticio que le dieron a su alianza fotográfic­a, de modo que bajo este sello se firmaron conjuntame­nte muchas fotografía­s cuya autoría era de uno u otro. Las fotos firmadas por Robert Capa podían ser de André o de Gerda.

Janeczek, nacida en Munich, vive en Italia desde hace más de treinta años. Con La chica de la Leica, escrita en italiano, ha obtenido el prestigios­o premio Strega al trasladar a la ficción la historia de Gerda Taro (seudónimo de Gerta Pohorylle), la pionera periodista gráfica que encontró la muerte en la batalla de Brunete.

¿Cuál fue la primera vez que oyó hablar de Gerda Taro y por qué le interesó?

Fui a ver una exposición en Milán de fotos de Gerda Taro y Robert Capa mientras preparaba mi libro anterior Las golondrina­s de Montecassi­no. Por cierto, para entonces ya había quien me preguntaba cosas del estilo:“¿cómo vas a escribir sobre la guerra siendo mujer?”. Jamás lo entendí, ¡me parecía tan absurdo!

¿Y al salir de la exposición?

Yo entré buscando unas fotos que se hicieron en Italia durante la Segunda Guerra Mundial. Pero no estaban. Pero pude ver fotos que se habían atribuido a Capa y después a Gerda. Compré su biografía y ya no pude escapar...

Alrededor de la leyenda de Gerda Taro se han perpetuado algunos mitos. ¿Cual ha sido el error más repetido?

Empecé con la idea de explicar lo que significa para una mujer trabajar en un oficio que tradiciona­lmente se considera masculino. Pero enseguida me di cuenta de que no debía ir por ahí. Lo importante de Gerda, precisamen­te, es que no se deja etiquetar. Actuaba libre, hacía lo que quería... No creo que quisiera ser símbolo feminista; sencillame­nte actuaba como tal y punto.

¿Descubrió algo nuevo que no supiéramos de ella?

La visión que nos ha llegado está llena de paradojas. Primero la descubren a ella como figura autónoma, por su trabajo serio y laborioso, y en algún momento alguien decide presentarl­a, para siempre, como “la novia de Robert Capa”. Ese gran amor trágico –que lo fue, sí, fue una historia increíble– acaba tapando su labor como grandísima fotógrafa. Y eso me subleva.

¿Cómo definiría esa relación entre ella y Robert Capa?

Fue una historia misteriosa, llena de pasión y de complement­ariedad.

Seguimos sin saber la autoría de algunas de sus fotos...

Se ha hecho un grandísimo trabajo de investigac­ión sobre esas fotos y todavía quedan algunas que no sabemos si son de ella o de él. El famoso miliciano podría ser, perfectame­nte, de Gerda y la foto de la miliciana en el hotel Colón –durante años adjudicada a Capa–, también. Además, el descubrimi­ento de la

maleta mexicana dio mucha informació­n, hay más de cien atribuidas a Gerda.

¿Existe algún rasgo diferencia­l entre las fotos de uno y del otro?

De hecho –y eso se puede ver en las fotos– ante los horrores que fotografia­ban el más sensible y emotivo de los dos era él, mientras que ella ponía distancia.

¿Cómo se planteó abordar diálogos ficticios?

Reconozco el atrevimien­to. He intentado que todos esos diálogos vengan apuntalado­s por datos históricos, comprobado­s. Recreo situacione­s que parten de bases reales, verosímile­s.

¿Viajes?

El viaje a Toulouse, la manifestac­ión del primero de mayo del 36 o el trayecto que hizo el novio de Gerda cuando al cruzar la frontera en Figueres es detenido y acusado de ser espía fascista. Todo eso está documentad­o.

Existe una polémica foto donde se ve a una mujer que parece Gerda, en la enfermería, tras su accidente mortal. ¿Se ha confirmado si era ella?

Yo me puse en contacto con su biógrafa para investigar sobre esa foto. Me dijo que ya se conocía su existencia antes de que hablara de ella el hijo del médico que aparece en la instantáne­a limpiando la sangre del rostro de Gerda. Porque probableme­nte era ella, sí.

¿La Leica a la que hace referencia en el título está en algún museo actualment­e?

No sabemos nada de la Leica, no queda material. Pero es cierto que cuando ella fue abatida en la batalla de Brunete lo primero que hizo es preguntar por sus cámaras...

Una vida muy corta y muy intensa. Apenas 27 años. ¿Hasta dónde hubiera podido llegar?

Donde se hubiera propuesto. En su entierro estuvo ese amigo japonés y el padre de Gerda fue el único que pensó en una oración. Pero Robert Capa, que estaba deshecho, no se mantenía en pie... tuvieron que levantarle sus amigos y dijo “yo la he perdido, pero hay algo peor: el mundo la ha perdido”.

SIN ETIQUETAS

“No creo que quisiera ser símbolo feminista; sencillame­nte actuaba como tal y punto”

TARO Y CAPA, EL EQUIPO “Ante los horrores que fotografia­ban, el más emotivo era él, ella ponía distancia”

 ??  ??
 ?? ARCHIVO ?? La vida de Gerda Taro, la fotoperiod­ista que murió en el frente de Brunete, vuelve a ser material literario
ARCHIVO La vida de Gerda Taro, la fotoperiod­ista que murió en el frente de Brunete, vuelve a ser material literario
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Helena Janeczek ha ganado el premio Strega con su libro sobre Taro
ANA JIMÉNEZ Helena Janeczek ha ganado el premio Strega con su libro sobre Taro

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain